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296 PUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA / 52.—El año de 1709 el Padre Fray Marcelino de San Vicente y el Padre Fray Pedro de Alcalá, a costa de algunas limosnas que jun- taron de los vecinos de esta provincia, reclutaron ciento y sesenta sol- dados, los que fueron al comando de Don Juan Fernández de la Fuente, y, habiendo penetrado dichos religiosos los ríos de Guanare, Boconó, Portuguesa y Masparro, en el discurso de dos meses y medio que gas- taron en esta expedición, consiguieron el reducir y sacar doscientos y diez y seis indios gentiles, los ciento y cincuenta y ocho de nación atatures y los cincuenta y ocho de nación masparros. 53.—Considerando los religiosos misioneros los muchos pue- blos que se habían fundado en los llanos de esta provincia de di- ferentes naciones de indios y la poca permanencia que habían tenido, pues, hallándose en sus tierras sin sujeción, se habían vuelto muchos al gentilismo, perdiéndose muchos pueblos que se habían fundado a costa de imponderables trabajos, fatigas y gastos excesivos que se habían hecho, por cuyo motivo había consultado a Su Majestad su gobernador, que entonces era, Don Nicolás Eugenio de Ponte, el que convendría se mudasen los indios que estaban poblados en nuestras misiones de los llanos a la costa del mar, como parece de la real cédu- la despachada en Madrid a 5 de agosto de 1702, como también por ser las tierras de los Llanos, como ya queda dicho, infructíferas y po- bres de montañas para sembrar, pues sólo producen pastos para las bestias y ganados, y que para mantenerse en ellas los indios, es preciso dejarlos en su libertad, desnudos y sin doctrina, para que anden de continuo, como lo acostumbran y así lo quieren, mariscando por los ríos, lagunas, quebradas, etc., en atención y a otras cosas que tuvie- ron presentes, determinaron que se poblasen estos indios que se aca- baron de sacar atatures y masparros, en las montañas tan fecundas y desiertas, que hay en los valles de Barquisimeto, y que los demás que se fuesen sacando, se les diese asiento en dichas montañas, en donde se hallaban muy distantes de los Llanos para ejecutar sus fugas y se hallaban también atacados de algunos pueblos y vecindarios de espa- ñoles y otros pueblos de indios antiguos que median éntre los Llanos y estas montañas, por donde se les hacía impracticable la fuga, y asi- mismo tenían, como tienen, tierras realengas, desiertas, fructíferas y de grande conveniencia para sus labranzas, como así se ha experimen- tado, en cuyo supuesto se poblaron en estas montañas los expresados indios, junto a una quebrada que llaman Agua de Culebras, distante

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