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18 PUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA ocurrió al remedio y, averiguando ser así, se determinó a mudarlos al río Pao, más cerca de las otras misiones 40 leguas, en donde, por ser su tierra, vivirían más contentos, y, aunque por entonces asistieron, recelosos después de algún engaño, maquinaron quitar la vida al suplicante y a sus compañeros, y por último con su indus- tria los redujeron y llevaron a poblar al río Pao, donde al presente se mantienen, habiendo confesado después que su huida intentada había sido a influencia del referido pueblo de 40 familias. En este mismo año envió el suplicante a la gentilidad dos indios de confianza, emparentados con los moradores de ella, pata que los redujesen a vivir con los misioneros, como con efecto lo consiguieron, habiendo vuelto y traído en su compañía veinte y una persona, y hubieran venido muchos más, si en el camino no les hubieran impe- dido los indios llamados chaguas, los cuales pelearon con los que salían y les quitaron las mujeres, volviendo huidos muchos. También este mismo año, según lo acordado y mandado por V. M., se pobló el lugar de San Diego, en el río Cojedes, de indios gayones que estaban en el cerrito de Santa Rosa de Barquisimeto y en otras partes esparcidos, separándolos de los menecabras, en la misma conformidad que estaba mandado por la real cédula, habiendo aumentado el número y vecindad de este pueblo con el de 40 familias que, con el parecer de todo el Capítulo y consentimiento del obispo y gobernador, se sacaron del pueblo de San Antonio de Araure, por ser muy populoso y por obviar las inquietudes y disensiones que con dichas 40 familias tenían las demás de dicho pueblo. El año pasado de 700 se volvió a la gentilidad el pueblo de indios de nación güires, que se componía de hasta 40 familias y pobla- dos en el río Guárico, distante 14 leguas del río abajo, de donde estaban poblados los dichos indios que se quisieron huir, menciona- dos arriba, no habiéndolos podido detener, sin embargo de asegu- rarles que nadie les haría mal estando con nosotros, porque se queja- ban que en Caracas hablaban mal de ellos y que vendrían a llevarlos. Este año de 701 se dio aviso al suplicante por unos negros de cómo en el río Guárico habían salido hasta 100 familias de indios guamos a buscar los misioneros para que los poblasen y doctrina- sen, y, aunque ocurrió luego el Vice-prefecto, para subirlos al río Pao, no los encontró, por haberse vuelto, si bien dejaron dicho a los referidos negros volverían al invierno próximo al río Pao, esperando

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