BCCCAP00000000000000000000507

MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 289 so a defenderlos, siéndoles preciso a los españoles usar de las armas; y sin embargo, hirieron de nuestros españoles a nueve hombres, éstos a sólo dos indios que trajeron heridos, porque los demás se huyeron, y con estos dos indios heridos y los ochenta y cuatro que anteceden- temente tenían cogidos, se volvió a la villa y los poblaron en la mi- sión referida de San Pablo del Tinaco. 37.—El año de 1689 fue Su Majestad servido despachar una real cédula al Prefecto de estas misiones, su fecha en Madrid a 22 de septiembre de 1689, en que se sirve ordenarle que solicite la reduc- ción de los indios, así gentiles como apóstatas, por medio únicamente de los religiosos de las misiones, con la blandura y suavidad que con- viene, para que sea la palabra evangélica la que los sujete y recobre, etc. Con cuya real cédula cesaron por entonces las entradas que se hacían con escoltas, y volvieron los religiosos a entrar solos, aunque sin fruto, hasta que Su Majestad fue servido revocar o derogar lo de- terminado en esta su real cédula, como se verá después. 38.—El año de 1690 entró el padre Fray Ildefonso de Zaragoza sin auxilio de escolta, solo con dos o tres indios que gobernaban la canoa y servían de intépretes, y, habiendo navegado más de trescien- tas leguas, según consta de los autos citados al número 21 de esta su- cinta relación, y llegado al brazo de Apure que se junta con el Guá- rico, encontró con una gran porción de indios, a los que no pudo re- ducir saliesen a poblarse en su compañía, si bien le dieron palabra, que no he averiguado si cumplieron, que saldrían dentro del término de algunos meses. 39.—En este propio año, por distinto paraje y rumbo, salió apos- t4amente el Padre Fray Buenaventura de Vistabella embarcado en una canoa con cinco o seis indios intérpretes, y habiendo penetrado él los ríos de Tirgua, Cojede y la Portuguesa, encontró en éste con gran cantidad de indios, los que redujo con la condición de que se habían de poblar en el mismo río, cerca de Apure, en un sitio que llaman Ca- maguán, el cual en tiempo de invierno queda aislado en más de cua- renta o cincuenta leguas en contorno, y que ¡es habían de enviar las familias de su nación y parentela que estaban pobladas en la misión San José, ofreciéndole que se poblarían allí muchos indios, por ser tierras y ríos muy abundantes de pesquería, etc. Con esta y otras promesas, que no cumplieron, engañaron al Padre Vistabella, quien escribió al Prefecto significándole la copiosa mies que por aquellos

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz