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286 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA autos sobre este asunto creados. Contradijeron esta fundación las ciu- dades de Nirgua y de Valencia, siguiéndose de esto grandes litigios, que movieron contra los misioneros, los que, por derecho natural y divino, se vieron precisados a defenderse en los tribunales que con- venía, hasta que por fin el rey nuestro señor, en su real cédula, su fecha en Buen Retiro, a 9 de mayo de 1687, se sirvió aprobar no sólo la fundación de dicha villa, dándose por muy bien servido de ello, sino que por otra real cédula de la misma fecha aprobó la asignación de parroquia y señalamiento de diezmos, que en ella hizo el cabildo, en sede vacante, de la iglesia catedral de Caracas. Dicha villa ha sido de gran servicio a ambas majestades y utilidad a esa provincia y hoy se halla de las poblaciones más numerosas y ricas de ella, fuera de la ciudad de Caracas. Estuvieron los misioneros capuchinos administran- do en ella los Santos Sacramentos, como verdaderos párrocos por es- pecial cédula de privilegio de Su Majestad, hasta que el año de 1720 hizo resignación de esta villa y de otros pueblos al Ordinario el Padre Fray Pedro de Alcalá, Prefecto que a la sazón era, lo que desaprobó Su Majestad que Dios guarde, como consta de su real cédula, su fecha en San Lorenzo a 26 de agosto de 1721, y de otras despachadas los años de 1724 y el de 1726. 29.—Esta dicha villa sirve de resguardo y cubre hoy cuatro pue- blos de misiones, que son los siguientes: el pueblo de San Francisco de Tirgua y el de San José de Mapuey, que fundamos los misioneros capuchinos y resignamos al Ordinario, como llevo dicho, el año de 1720, y los pueblos de San Diego de Cojede, que hoy día consta de cerca de mil indios de ambos sexos, y el de San Rafael, de indios de nación otomacos, que en varias expediciones, y jornadas se han sacado de los montes, distando el primero ocho leguas, y el otro diez de di. cha villa de San Carlos. 30.—También para este efecto, por especial cédula de Su Ma- jestad, su fecha en Madrid a 15 de junio de 1692 y con despacho de los señores obispo y gobernador, como consta de los autos que paran en este archivo, fundaron los misioneros capuchinos la villa de Nues- tra Señora del Pilar de Araure, que estuvieron también administran- do, como párrocos, hasta el año de 1720, y esta villa servía y sirve de resguardo hoy día a los pueblos de misión de San Antonio de Tu- rén, que dista cuatro leguas de ella, al sur, y al pueblo de Santa Bár- bara de Aguablanca, en donde se colocaron por dos veces cantidad