BCCCAP00000000000000000000507

278 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA ta el cultivo y enseñanza trascienden sus propiedades de generación en generación. Los pueblos que hemos resignado al Ordinario, fun- dados por los misioneros capuchinos y que hasta ahora no han con- tribuido ni contribuyen a Su Majestad, sin estar reservados de tri- buto, son los siguientes: el pueblo de San Francisco Javier de Lezama, de indios palenques, que fundó el Padre Fray Miguel de Alesón, y está situado en Orituco, jurisdicción de la ciudad de San Sebastián de los Reyes, y habiendo 28 años que se resignó, aún no se han puesto en tributo o contribución, ni pagado demora alguna a Su Majestad. Los dos pueblos de indios de nación tomusas, que fundó el Padre Fray Cirilo de Onteniente en el valle de Araguata, y habiéndolos resigna- do al Ordinario más ha de cuarenta años, se entregaron a los Reve- rendos Padres de la Religión de Santo Domingo, los que los traslada- ron a los valles de Capaya y Caucagua, y tampoco han pagado ni pa- gan tributo. El pueblo de la Divina Pastora de indios mapubares, que ha quince años que se entregó al Ordinario, tampoco ha pagado tri- buto. Los dos pueblos de indios guamos y amaibos, de San Francisco y San José, que se entregaron al Ordinario veinte y cinco años ha, tampoco han pagado tributo ni se han puesto en contribución, y se han huido muchos a los montes, y apenas hay clérigos que les quieran administrar. Los pueblos de Carnatagua y Guanayen que estaban en la jurisdicción de San Sebastián de los Reyes y asistían en ellos los Padres misioneros Fray Ambrosio de Baza y Fray Luis de Orgiva, ha- biendo muerto éstos y no habiendo religioso capuchino que adminis- trara, se resignaron al Ordinario, y no habiendo cura clérigo que qui- siese cuidar de dichos indios, se huyeron a los montes, como consta de informaciones hechas en la ciudad de San Sebastián de los Reyes. El pueblo del Apostolado de Algaride, de indios gayones tributarios, que andaban alzados por los montes cometiendo muertes, hurtos y atroci- dades, redujo y congregó el Padre Fray Marcelino de San Vicente, y con ellos fundó el expresado pueblo de Algaride, cuyos indios estuvo doctrinando tres años, y, viendo que era tributarios, los resignó con el pueblo al Ordinario y, aunque se agregó dicho pueblo al cura doc- trinero del Cerrito de Santa Rosa, hicieron fuga y se volvieron a los montes a vivir en la libertad en que antes estaban; de donde el año de 1732, a instancias de la ciudad de Barquisimeto y del cura y vica- rio de dicha ciudad Don Diego de Ulasia, pasó el Padre Fray Salva- dor de Cádiz en compañía de dicho cura y vicario y de un capitular

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz