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MISION DE Los CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 245 y se han por presentados, certificará en testimonio sobre lo que se expresa y pide, y fecho devolverá a esta parte dichas informaciones y recaudos y le entregará la enunciada certificación para los efectos que haya lugar. Proveyólo el señor gobernador y capitán general de esta provincia de Venezuela, que lo firmó en Caracas, a veinte y cuatro de enero de mil setecientos cuarenta y un años. - Zuloaga. Ante mí, Juan Hugo Croquer, escribano público. Certificación. - Yo el infraescrito escribano público del número de esta ciudad, en ejecución y cumplimiento de lo mandado por el auto que precede inmediatamente de su señoría el señor gobernador y capi- tán general de esta provincia, Don Gabriel de Zuloaga, del Consejo de S. M., Dios le guarde, Mariscal de Campo de sus reales ejér- citos, en cuanto puedo y en derecho debo, certifico para los tribuna- les y señores que la presente vieren, cómo habiendo visto, examina- do y reconocido un libro, tomo quinto, que sirve de registro de las jornadas y reducciones de indios gentiles, hechas por los RR. PP. mi- sioneros capuchinos de esta provincia de Venezuela y Caracas, y asimis- mo diez cuadernos de autos obrados en el propio asunto, todo presen- tado por el R. P. Fray Salvador de Cádiz, Exprefecto de estas misio- nes, Procurador y misionero predicador apostólico de ellas, para el efecto que expresa su escrito de veinte y cuatro de enero de este presente año, he hallado constante y plenamente justificado en dicho libro y cuadernos por informaciones jurídicas fechas por las reales justicias de esta gobernación y además por certificaciones y relaciones juradas, que a mayor abundamiento comprueban haber los mencionados RR. PP. Religiosos Capuchinos de estas misiones de Caracas, a costa de nuchos trabajos, peligros, contratiempos y necesidades, ejercitán- dose continuamente desde el año de mil setecientos veinte y cinco hasta el próximo pasado de setecientos y cuarenta, ambos inclusive, y logrado en este discurso de tiempo extraer de los ríos, montes y lagu- nas y reducir a nuestra santa fe católica el número de dos mil quinien- tos veinte y cuatro indios bárbaros gentiles, y después de dichos traba- jos, peligros y demás referido padecidos por dichos RR. PP. Capuchi- nos en sus dilatadas jornadas y peregrinaciones de dos meses y aun tres y cuatro, que, según los tiempos .y contingencias duraban, haber asimis- mo fundado el número de ocho pueblos y villas en la jurisdicción de esta provincia, fuera de otros pueblos y villas que han fomentado con los expresados indios gentiles reducidos en dicho tiempo. Y en la propia forma certifico, como consta picnísimamente justificado de dichos

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