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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 225 221 Memorial del P. Miguel de Marchena al rey para que se erija en Caracas una casa hospicio para los misioneros enfermos y los nuevos que fuesen llegando de España.— (Sin fecha, 1738 - 1739).— Original (AGI, Santo Domingo, 820) Señor: Fray Miguel de Marchena, Procurador general de las misiones de Capuchinos a los reinos de las Indias, a los reales pies de V. M., dice: que habiéndose pedido por mi religión la confirmación de las ordenanzas y constituciones hechas en el año de 1707, en la ciudad de Sevilla, por el M. R. P. Comisario general de dichas misiones, para su régimen, mejor gobierno y aprovechamiento de ellas en servi- cio de ambas majestades, se confirmaron en el todo, y siendo el capítulo 6 de ellas el que se dispusiese y erigiese en cada una de dichas misiones un pueblo, el que fuere más a propósito para casa de semina- rio, donde los nuevos misioneros que fueren de estos reinos, con el eficaz ejemplo de los ancianos y antiguos en la misión aprendan el idioma de los indios, la forma de reducirlos y doctrinarlos con todo lo demás que deben observar con ellos para su mayor aprovechamiento; y mediante el que con este motivo y aun antes de la confirmación de dichas constituciones, se ocurrió por el procurador de ellas, por lo tocante a las de la provincia de Caracas, pidiendo licencia para la erec- ción de dicha casa hospicio en esta ciudad, sobre lo que se expidieron dilentes cédulas y pidieron informes a aquel obispo, y respecto de que hasta de presente no ha tenido efecto la referida erección y asignación de casa hospicio en dicha ciudad de Caracas, y que hoy más que nunca se halla necesitada aquella misión por hallarse sin casa de hospicio en ningún pueblo de ellas, donde se puedan celebrar los capítulos por el Prefecto y conjúdices y donde residan los misione- ros ancianos que se hallan sin consuelo e incapaces de ser asistidos, como la caridad lo pide, y otros que acometidos de accidentes que muchas veces se hacen habituales por carecer en dichos pueblos de médico, medicina y demás preciso y necesario para conseguir su curación, en lo que no es dudable los costos que a S. M. se le aumentan con la remi- sión de nuevos misionarios, y al mismo tiempo esperando los que por V. M. están decretados, sin tener casa hospicio en que poderlos ms-