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/ 216 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA 217 I/ Memorial del P. Miguel de Marchena dando cuenta de las reducciones hechas los años 1730 a 1735, fundación de los pueblos de Bobare y Charayave y martirio del P. Bartolomé de San Miguel en 1737. - (Sin fecha, 1737).— Original Señor; Fray Miguel de Marchena, Procurador general de las misiones de Capuchinos a los reinos de las Indias, a los reales pies de V. M. dice: que en cumplimiento de su real cédula de 5 de agosto de 1702, por la que se les mandó a los misionarios de mi sagrado Orden, existentes en los llanos de la provincia de Caracas, diesen individual noticia de los adelantamientos y progresos de aquellas misiones que tienen a su cargo, presenta los autos en que los referidos misioneros dan cuenta de los adelantamientos y progresos que ha tenido desde el año de 1730 hasta el presente de 1737 por los que consta que en los años de 1730 y 1732 se hicieron por los referidos misioneros tres distintas entradas en las que convirtieron y sacaron de los montes 324 indios gentiles, y en este dicho de 1732 aquietaron y redujeron a la más tranquila paz los negros levantados y facinerosos de la provincia de Caracas por medio de la persuasión y predicación de los referidos misioneros, y en el de 1733 redujeron a nuestra santa fe los indios gayones, con los que se hizo o se fundó el pueblo llamado Nuestra Señora de Guadalupe de Bobare. En el año de 1735 se hicieron otras dos entra- das en las que se sacaron de las montañas de aquella provincia 161 y se poblaron en el sitio llamado Charayave. En el de 1736 se hizo otra entrada en la que redujeron y llevaron a los pueblos de la misión 227 de todas edades, y en el presente año de 1737 se hizo otra entrada en la que convirtieron e incorporaron en la misión 240 indios de diferentes naciones, y en la dicha entrada los indios llamados cucua- ros, cucuarimas y chiricoas, llevados de la mala inclinación y odio que tienen a dichos misioneros, por ver los muchos que atraen con su pre- dicación al rebaño de nuestra santa fe, con la mayor crueldad quitaron la vida al Reverendo Padre Fray Bartolomé de San Miguel, el que se manifestó tan fervoroso y constante en el servicio de ambas majesta- des, hasta el punto que entregó su dichosa alma a Dios, que aunque fueron innumerables las saetas con que inhumanos le quitaron la vida,

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