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198 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA dichos levantados. Viendo yo las cosas en este estado y hallando ser de mi obligación celar el real servicio de V. M. y la honra de nuestro Señor Jesucristo, con autorización del I.S. Obispo de esta provincia, remití dos misionarios de estas misiones para que los conquistaran con la divina palabra del santo evangelio, ejecutándose con tan buenos efectos, que en breve tiempo se redujeron todos como tanto se desea- ba, y, dejando las armas y siguiendo a los misionarios tierra adentro, a lo más distante y remoto de las costas del mar, se poblaron en com- pañía de los dichos Padres, con prevención de nunca jamás volver en semejantes operaciones, hasta que V.M. dé su real providencia a lo que sobre esta materia se ha de ejecutar. Represento también a y. M., que, en atención a su real cédula del año de mil setecientos y treinta, fecha en Marchena, en que se or- dena al gobernador y capitán general de esta provincia de Caracas re- mita información a V.M. de los merecimientos del capitán Ignacio Sánchez Nadales, la que se hizo el año pasado de mil setecientos y treinta y dos, por parte del gobernador y capitán general Don Sebas- tián García de la Torre, y se remite a V.M., para que, en su vista, de su real providencia, en cuya conformidad el dicho capitán Ignacio Sánchez Nadales, que al presente se halla empleado a la asistencia de los Padres en las entradas a reducir los indios infieles a nuestra santa fe católica, como lo ha hecho treinta y más años con ánimo fervoroso al real servicio de V. M., el cual rendido a sus reales pies suplica por merced y gracia un corto situado de sus reales cajas de Caracas por su vida y de su mujer, y, si esto no tuviese lugar, pide dicho capitán algún gobierno en algunas de estas provincias, y, si aun esto no tuviese lugar, suplica el dicho capitán Don Ignacio la composición de negros de esta provincia de Caracas, y y. M. sea servido mandar a los justi- cias que coadyuven a dicho capitán para que así pueda sujetar los di- chos negros para que no vuelvan a levantarse. Dios guarde V. C. R. P. como lo necesita la cristiandad. De esta misión de San Rafael y mayo, cinco de mil setecientos y tres años. Fray Prudencio de Braga, Prefecto (firmado y rubricado)

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