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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 195 Yo no he podido ver al señor gobernador para hablar sobre esta materia porque se halla actualmente en La Guaira despachando el navío que ha de salir para España pasado mañana, por cuya precisión ni puedo dilatarme ni sacar testimonio nuevo de los autos citados. Y pues esta materia es del servicio del rey, y no se pide gracia sino solamente lo que está dispuesto por las leyes de Su Majestad y su real cédula, se ha de servir V.P.R. de conseguir real cédula de Su Majestad para que, en vista de los autos e informes que se le remi- tieron el citado año de 1726, se sirva aprobar la fundación o erección de los dichos tres pueblos de Calabozo, y mandar no sean molestados en sus tierras los vecinos del pueblo de españoles que fundamos en el sitio de Calabozo para resguardo de aquellas nuevas misiones, sino es que se arreglen en todo a lo que está acordado y dispuesto por sus reales leyes, pues no pedimos más ni cosa nueva. Y por cuanto me han asegurado, aunque no lo creo, que el gober- nador está gratificado por los referidos contradictores y que les ha asegurado conseguirán lo que pretenden, etc., se ha de servir V.P.R. de estar a la mira para que, si en este navío fuere algún enredo contra las misiones sobre éste u otro cualquier asunto, suplicar a Su Majestad suspenda cualquier resolución adversa hasta que, bien enterado de la verdad de todo, pueda tomar la resolución que juzgase más acertada y de su real servicio, pues será cosa dura que, sin oir las partes, se tome alguna resolución agria. Esto lo advierto, Reverendo Padre, por algunas cosas que he oído, y como el interés y la pasión se va cada día apoderando más y más de los corazones humanos, y con especia- lidad en estas tierras, me temo que los émulos de estas misiones, ha- lndo la materia dispuesta en este caballero gobernador, han de con- seguir ahora la ruina de las misiones, que en otros tiempos no han podido conseguir. V.P,M.R., como tan prudente, dispondrá las cosas de manera que cedan en mayor servicio de Dios, a quien ruego guarde a Vuestra Paternidad Reverendísima muchos años, etc. • Caracas y diciembre, 15, de 1731. Reverendísimo Padre Procurador general. Beso la mano de Vuestra Reverendísima su más rendido y obli- gado servidor y capellán. Fray Salvador de Cádiz (firmado y rubricado)

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