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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 155 Póngolo en noticia de V. M. para que se sirva, siendo de su real agrado, confirmar la erección de esta nueva misión de Santa Bárbara, junto con las dos de Calabozo y la otra de Aracay, sobre las que se tiene ya informado a V.M. con instrumentos que justifican la erec- ción y fundación de dichos pueblos. Quédase disponiendo otra entrada que, mediante Dios, saldrá dentro de un mes a recoger y reducir los demás gentiles que se pudieren. Estos buenos progresos y adelantamientos que se van viendo en estas misiones y la erección y fundación de estos cuatro últimos pue- blos lo debemos, señor, al celo y cuidado con que vuestro gobernador D. Diego Portales y Meneses ha entendido en la reducción y conver- sión de los indios gentiles y en la conservación de los ya reducidos, fomentando y acalorando este ministro a los misioneros para que con- tinúen las entradas a la reducción de los indios, y a éstos los ha atendi- do con paternal afecto, defendiéndolos de las opresiones injustas de los poderosos y, a no haber estado este ministro tanto tiempo sus- penso de su gobierno, preso y perseguido, no es dudable que hubie- ran conseguido estas misiones mucho mayor fruto en la reducción de los gentiles que estuvieran hoy poblados y reducidos a la obediencia de V.M. diez o doce pueblos de los indios gentiles del Orinoco, los que habían antecedentemente ofrecido salir a poblarse y lo suspen- dieron por la prisión ejecutada en este ministro. Todo lo cual pongo en la alta consideración de V.M. y en su consecuencia paso a suplicar se digne mandar vengan a esta provincia hata doce misioneros capuchinos para poder continuar sin intermisión la 'seducción de los gentiles y conservar los reducidos, pues se hallan estas misiones en tan extrema necesidad de operarios, que para la erección de este nuevo pueblo que se está fundando, ha sido necesario sacar un religioso hábil de la misión de San Francisco Javier, dejando en ésta para su doctrina a un religioso enfermo para que atienda a su conservación. Y respecto, señor, de que vuestro gobernador D. Diego Portales se ha esmerado con tanto empeño y celo en fomentar y ayudar a la conversión de los gentiles sin faltar a las demás obligaciones precisas de su empleo; fuera muy conveniente que V.M. le continuase en su gobierno pues hallo en mi conciencia, por lo que me consta de sus rectas operaciones, que cediera en gran servicio de Dios y de V.M.,