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116 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA retractado con la certificación que consta de los autos, parece es la que está en el testimonio con esta señal, al folio 22 vuelta, pero no habla nada de la carta que aquí se refiere en cuanto a su retracto sino a otro fin en abono de dichos vecinos del Cerrito. No bastó para reprimir la rabia del dicho regidor para obligar a los demás regidores a que fir- masen dicho escrito del derribo, se valió de esta traza el dicho regidor, que, teniendo tachados dos registros para no poder votar en cabildo, como consta de los autos jurídicos que paran en poder de Don Pedro Joaquín de Vergara y Arzola, alcalde ordinario que fue de dicha ciu- dad y alférez real, los admitió a dicho cabildo del derribo, sin protesta, y a todos los demás que se han seguido, y el otro regidor, de cuatro que hay, es hermano del dicho regidor motor de este enredo, y el otro alcalde ordinario, su compadre, y sólo apto para responder en cabildo: amén, que para esto los hacen. No obstante, los tres regidores y el alcalde ordinario que firma- ron al otro día que el regidor motor se fue a su trapiche, se juntaron a cabildo y revocaron en parte el antecedente decreto del derribo. Y le remitieron el decreto al alcalde ordinario Don Simón de Barahona, al dicho pueblo del Cerrito, para que obrase según él, pero el regidor motor que tuvo noticia del segundo cabildo, hizo declarar era nulo y que se areglase al primero, que en él había asistido el Espíritu Santo, y que ya había remitido testimonio del dicho cabildo, constándole mucha dificultad al obispo para que mandara derribar la iglesia de dicho pueblo; la cual carta nos la dió el dicho alcalde a leer a religio- sos, clérigos y seglares, y de dichos decretos del cabildo pidió testi- monio al dicho alcalde el cura de dicho Cerrito Don Pedro Páez, por petición que presentó al dicho alcalde delante de más de doce testigos, el día treinta de noviembre del año pasado de veinte y cuatro, el cual testimonio no se ha dado como ni los demás que constan pedidos en los autos. Este leve motivo, señor, ha parido el monstruo que corre por los autos dichos y mucho más por las entrañas de tanto vasallo de V.M. derribado, y no sabemos los demás que parirá, pues presumo que de este abismo se han de despeñar en otros muchos de informes falsos contra los vecinos, y quiera Dios no pasen a lo sagrado, que no es la primera vez que los ministros de dicho cabildo han hecho infor- mación para satisfacer a las audiencias de V.M., que los vivos estaban muertos, y como los ministros reales no tengan a Dios delante, no

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