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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 53 Aparte de eso es el obispo Martí quien afirma que este pueblo había sido fundado para indios tributarios y que "se comenzó a fun- dar el año 1671 con indios gayones que andaban levantados por es- tas partes y pacificaron los religiosos capuchinos andaluces, misioneros de esta provincia, y estuvo a cargo de éstos la población hasta ci año de 1691, en que parece lo entregaron al señor Ordinario eclesiás- tico".` A eso se añade que, según carta del obispo González de Acu- ña, junio de 1675, tenían entonces los Capuchinos cinco poblaciones "bien pobladas y bien asistidas"." Consta que ciertamente tenían a su cargo: Stn Francisco de Tirgua, San Antonio de Tucuragua, Santa Rosa del Cerrito y San Juan Bautista de Duaca, y, por mucho que he agotado mi investigación, tengo que confesar que no encuentro otra sino Yaritagua. Y creo que no obsta el decir que en 1691, en la famosa concordia del obispo Baños y Sotomayor con el gobornador Marqués del Casal, se le llama "sitio" y no pueblo, porque ha podido ocurrir, como sucedió con otros muchos, que fuese en los primeros años pueblo formal, pues tenía su iglesia, y que luego disminuyesen los habitantes, tanto más cuanto, al parecer, fueron para su formación unas 40 familias de indios llevadas por Ponte, indios que aumentaron en número, y que en cambio eran sólo 34 en 1691 y pertenecían a la encomienda de Alonso Mujica y Santillana. Precisamente por esa razón se mandó agregarlos a Santa Rosa del Cerrito y que los Capu- chinos cuidaran también de ellos, ordenando el obispo ejecutar lo acordado en noviembre de 1691.28 Pero el capitán Alonso Mujica representó los inconvenientes de tal agregación a Santa Rosa del Ce- rrito y se comprometió en cambio a pagar un sacerdote secular que los asistiese espiritualmente, lo qu aprobó el obispo como lo hizo el gobernador el 16 de diciembre de 1691 .2 ' No debieron seguir las co - b muy bien por cuanto en 1698 los indios protestaron que se les exigiese reintegrarse a Humacaro, cuando en Yaritagua tenían sus tierras. El gobernador accedió a tal demanda, ordenando que, puesto 26. Visita general, III, Caracas 1929, 94. 27. Carta de González de Acuña, a la Reina gobernadora, Caracas, 15 junio 1675, (AGI, Santo Domingo, 218, ramo III, n. 138). 28. Cfr. la tantas veces citada concordia y el decreto del obispo Baños y Soto- mayor, Caracas, 29 noviembre 1691 (Archivo General de la Nación, Indíge- nas, XIV, ff. 362-365). 29. Ibid. -

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