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48 PUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA tequización de los aquí poblados, esperando acontecimientos. Mien- tras tanto el P. Pedro de Berja seguía en su pueblo de San Francisco del Pao. También él experimentó la amargura del desengaño y de la decepción, puesto que igualmente del Pao se fugaron no pocos indios y muchos de ellos ya cristianos, lo que exponía a su vez al goberna- dor en febrero de 1672, recogiendo lo sucedido desde fines de 1669: "Se me han ido en este tiempo 400 almas y de ellas las 114 cristianas y algunos casados por la Iglesia, que con éstos y otros que en dife- rentes veces se me han huido, pasan de 400 de solos los cristianos, como constará del libro de Bautismo, que para en mi poder, a los cuales me incumbe la obligación de justicia por su párroco, miembros de Cristo y de su Iglesia, a reducirlos a su pueblo para que conti- núen en la fe recibida, sacramentos y demás preceptos de nuestra santa madre Iglesia".' Pero al ver que, según dijimos, no tendría efecto con el pueblo de españoles con la rapidez deseada, el P. Berja quiso prevenir las fugas y poner los medios a su alcance para evitarlas. A tal objeto, viendo además que las tierras donde estaba situada la población de San Francisco del Pao no eran aptas para sementeras y labranzas ni existían tampoco montañas en las proximidades, llegó a convencer oí sus habitantes se trasladasen a las riberas de otro río, el Tirgua, co- mo así se hizo, poniéndole el mismo título. En adelante se llamaría San Francisco de Tirgua, la que pronto tuvo gran preponderancia, celebrando allí los misioneros sus juntas y hasta los Capítulos para la elección de nuevos superiores." No podemos señalar fecha exacta de este cambio de sitio, del Pao al Tirgua, pero sí puede asegurarse no fue antes de febrero de 1672. De otro modo se lo hubiera expuesto el P. Berja al gobernador al pedirle en ese mes y año por segunda vez la fundación de un pueblo de españoles. Otro testimonio nos dice que el citado religioso asistió en dicha población del Pao unos diez años," con lo que se quiere indicar precisamente eso: que dicho tras- lado se verificó o en 1672 o quizás incluso al siguiente año, cuando ya otros religiosos estaban dados de lleno a la reducción y conversión de los indios gayones.` 9. Cfr. los documentos de que se hizo mención en la nota 2, en los que van insertas las dos exposiciones del P. Berja, 1669 y 1672, al gobernador. 10. Noticia, n. 27. 11. Ibid., n. 19. 12. Ibid., n. 27.
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