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34 PUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA Consta ciertamente de su existencia a mediados de 1664 y que para esta fecha tenía una regular población de habitantes, puesto que, en noviembre del citado año, entre los del Pao y Tucuragua daban una cifra total de 1.200 almas." Fueron estos dos nuevos pueblos obra del esfuerzo, de la indus- tria y celo de los Capuchinos, quienes llevaron en todo la dirección y atendieron a su progreso, sin intervención alguna del capitán Tomás de Ponte.'8 3.—Mientras esto sucedía en los Llanos de Caracas y los misio- neros lograban a fuerza de indecibles esfuerzos y paciencia fundar esos pueblos, otros velaban en Madrid por la seguridad y adelantamiento de aquella obra iniciada por los Capuchinos tanto allí como en Cumaná. Me refiero a los PP. Agustín de Frías y Francisco de Tauste, enviados por el P. Lorenzo de Magallón a España, con autorización del gober- nador de Cumaná D. Juan de Biedma, para informar debidamente al Consejo de Indias y al rey de lo que allí trabajaban los religiosos misioneros. Llegados a España, hacia fines de 1661 o principios del siguien- te año, dirigieron sus pasos a la corte y a mediados de 1662 presen- taron al rey un importante memorial, que fue remitido al Consejo el 30 de julio y por éste examinado el 26 de agosto.'9 Pocas noticias se dan en ese documento sobre esta misión de los Llanos: sólo que en ellos tenían los misioneros dos pueblos con sus iglesias; pero el éxito alcanzado fue completo. El rey y Consejo, convencidos plenamente de la realidad de las cosas y de la falsedad de las calumnias levantadas contra los misioneros capuchinos, no sólo retiraron la cédula por la que se les ordenaba volver, 2 octubre 1660, sino que expidieron otras por las que daban a dichas dos misiones aprobación definitiva, 17. Cfr. la carta del P. Berja, 27 noviembre 1664, ya citada. 18. Si estos dos pueblos se hubiesen fundado con los indios guamonteyes y cherrechenes huidos de Auro y Araure, no se ve razón de por qué Ponte no iba a mandar en ellos y por lo tanto depender de él cuando las capitula- ciones formuladas por él mismo tenía cinco años de vigencia. Por eso y otras razones no compartimos la opinión de A. Perera al afirmar que el Pao y Tucuragua eran continuación de Auro y Araure respectivamente (Historia de la organización, II, 26, 29). Además, los primeros habitantes del Pao fueron indios guamos. 19. Este informe o memorial puede verse en mi obra: Los primeros historia- dores) 157-164).

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