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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 23 recer el capitán Ponte comenzó a actuar poco después de firmar sus capitulaciones, y asimismo que, antes de noviembre del mismo año 1659, se trabajaba en establecer ese nuevo pueblo que se llamó Nues- tra Señora de la Concepción de Araure con la ayuda y colaboración de los Capuchinos, al que seguían asistiendo en diciembre, y donde tenían ya entonces oratorio y celdas para su habitación. 5.—Entre tanto que así adelantaba esta misión de los Llanos, tuvo lugar un hecho de extraordinaria repercusión y que puso en gra- vísimo peligro de hacer fracasar tanto esta misión como la de Cumaná. A este propósito escribía el gobernador de Venezuela al rey: "Cuando se fue el P. Prefecto (Lorenzo de Magalión) a llevar los re- ligiosos que le tocaban a la misión de Acarigua, quedaban aquí (Cara- cas) tres para volver a la de la provincia de Cumaná, y, viendo el gran fruto que en esta ciudad habían conseguido dichos Padres con su predicación y confesiones, le pedí al Prefecto mandase a los que le ha- bían de esperar aquí no estuviesen ociosos sino que se les mandase que por la gobernación predicasen y confesasen: que, a mi sentir, era obra mucho más meritoria que la de los indios, por la gran falta que en toda esta provincia tienen las almas de pasto espiritual; y fueron tan- tas las excusas que me puso el Prefecto para esto, diciendo que su ve- nida no era más que para los indios, que no me bastó ponérselo en conciencia y representarle la falta de doctrineros y sacerdotes en que se halla esta provincia, sino que tuve menester valerme de exhortos y fuerza hasta que lo conseguí, y ha sido tanto el fruto que han hecho estos religiosos atravesando con sumo trabajo toda la gobernación, que no hay palabras con qué significarlo y quisiera no haber sido par- te para que se hiciese, para sin obstáculo decir a V. M. cuánta gente se ha reducido a vivir como cristianos, siendo cierto que los más sólo eran en el nombre, haciendo amistades que había muchos años que todos los prelados y gobernadores no habían podido conseguir, obli- gando a los encomenderos al buen trato de los indios, y han reducido a tal forma esta provincia, que estoy creyendo he de tener muy poco hacer cuando haga la visita de ella."" Ese mismo abundante fruto espiritual lo comunicó casi con un año de anticipación el propio P. Magailón en carta a Leguía, secretario del Consejo de Indias, diciendo, entre otras cosas: "Quedaron allí 15. Carta de Porres y Toledo, octubre 1659, ya citada.
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