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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 603 he hecho y exhorto de la misión, es un nuevo alboroto que ha dado Jacinto de Alcaín a los pobres indios de Nuestro Padre San Fran- cisco de Tirgua y mis religiosos, que, a no asistir su celo, se hubieran retirado a los montes, como V. S. verá por esa certificación de mi Víceprefecto, que con éste presento, tirando a provocarlos y perder los indios y los religiosos, de donde se infiere no ser otro el fin, pues, para matricularlos, si V. 5. los halla capaces, un lacayo de V. S. bastaba para que la misión le obediese, o con más proporción el al- calde de la villa, como se le dijo a Jacinto de Alcaín. Yo, señor, ni mis religiosos hemos venido a perdernos ni el rey nuestro señor quiere estas violencias con sus sacerdotes, ni mi sagrada religión quiere que todo lo tolere. Habremos tolerado nueve meses de deshonras, descré- ditos y testimonios; los vasos están llenos, la paciencia sin fuerzas para resistirlos, y así, en nombre de nuestra santa madre Iglesia y del rey nuestro señor, que Dios guarde, exhorto a V. 5* envíe mi- nistros que se entreguen de las misiones, que desde ahora y para siem- pre las entrego: así lo han pedido y piden mis religiosos por exhorto que me han hecho, y así V. S. se dé desde luego por entregado, por lo que toca a su parte y de su Señoría Ilustrísima, de la misión de San Antonio de Araure, de la villa de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, de la doctrina de San Miguel de Acarigua, de la villa de San Carlos de Austria, de la misión de San José de Mapuey, del pue- blo y doctrina de los gayones, de la misión de Nuestro Padre San Francisco de Tirgua, de la misión de la Purísima Concepción de Ca- matagua, de la misión de Jesús Nazareno de Guanare y del pueblo de los indios mapubares del río Tocuyo, que sacamos los Capuchinos, y los de Nuestra Señora de la Iniesta de Araguata, porque no quede reliquia de jurisdicción que diga señorío y mancha nuestra altísima pobreza, que es el patrimonio soberano que profesamos y obedece- mos los Capuchinos, y sin él perezca y se destruya mi Religión sa- grada y mi santa Regla: que yo envío orden a todos mis religiosos que lo entreguen todo en la forma que tenemos referido, y no saquen más que el breviario. Y por cuanto me han exhortado que aguardarán dos meses desde la presentación de este escrito para no dejar los pueblos desamparados, requiero a V. S. una, dos y tres veces esté a dar providencia en el tiempo referido, porque no experimenten los daños que pueden seguirse de lo contrario, que desde ahora y para siempre protesto, porque en ningún tiempo nos pare perjuicio, y para

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