BCCCAP00000000000000000000506

MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 21 Sin embargo, parece que tales capitulaciones no fueron enviadas al rey con la premura y rapidez que fuera de desear. Es que había que comprobar también los méritos de Ponte y remitirlos al Consejo de Indias para su examen y aprobación. Por eso el gobernador no remi- tió todos los documentos sino en octubre de aquel mismo año 1659, junto con las capitulaciones, a fin de que el rey aprobase "las que fuere servido".` 4.—La realidad fue que Ponte no pudo tomar posesión de su cargo de poblador y pacificador hasta Navidad del expresado año, lo que deja suponer que para entonces ya se había recibido la aproba- ción de sus méritos y el visto bueno definitivo de las mencionadas ca- pitulaciones, las que, como dijimos, habían sido admitidas por el go- bernador provisionalmente. Pero Porres y Toledo añade a esa apro- bación el mandato de que se diesen a Ponte los títulos para que "des- de luego entre obrando en su conformidad en dichas poblaciones, re- ducción y pacificación de las naciones de indios", y estas palabras dejan suponer que Ponte ya desde marzo de 1659, es decir, poco tiempo después del fallecimiento del capitán Salas, debió encargarse de tal obra y que en Navidades tomó posesión oficial de todo. Por otra parte para entonces ya existía allí otra nueva población con el título de Nuestra Señora de la Concepción de Amure, cuya fun- dación pudo llevarse a cabo con la colaboración mutua de Ponte y los misioneros capuchinos, en caso de que aquel comenzase a actuar tan pronto como el gobernador aprobó sus capitulaciones, o solamente por los religiosos que en Choro prosiguieron su labor evangelizadora des- pués de la muerte de Salas. Lo cierto es que en el pueblo de San An- tonio, según dijimos, había indios guamonteyes y también cherreche- nes; si a los primeros se fueron agregando otros, también fue creciendo el número de los cherrechenes, y, siendo enemigos de unos de otros, no valieron el buen trato y cuidado del capitán Salas ni de los misioneros para tenerlos sujetos y unidos. Surgieron los roces, los encuentros y, como consecuencia, la separación. Así testifica uno de los alcaldes ordinarios de Barquisimeto que, al tomar Ponte posesión de su título en diciembre de 1659, se encontró en Amure "setenta y tres piezas de indios chi- al menos hijo e hija. Hacía 16 años que venía prestando sus servicios al rey con armas y caballos, habiendo tomado parte ya desde 1636 en importantes acciones bélicas. 12. Carta de Porres y Toledo, octubre 1659, ya citada.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz