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594 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA 130 Exhorto del Prefecto P. Ambrosio de Baza, suscrito por todos los mi- sioneros, dirigido al gobernador de Venezuela, para que suspenda lo acordado por él y el obispo de Caracas sobre varias cuestiones propues- tas por los vecinos de San Carlos de Austria, y dé permiso al citado Prefecto para ir a España a exponer el estado de aquella misión. - San Francisco de Tir gua, 22 mayo.— Copia autenticada (AGI, Santo Domingo, 808, Autos del pleito de los misioneros capuchinos con la villa de San Carlos de Austria, ff. 282v.-285). Exhorto.— Señor gobernador y capitán general: habiendo visto con especial acuerdo de los religiosos infraescritos de estas misiones los autos y declaratoria de V.S. y lo determinado por la junta, miran- do en Dios los daños que se siguen a las misiones y que de su eje- cución se pierden los indios que tienen adquiridos y se imposiblitan los medios que ci rey nuestro señor, que Dios guarde, con su gran piedad y católico celo tiene concedido para las reducciones y atraer los gentiles apóstatas, rebeldes y fugitivos al gremio de nuestra santa Igle- sia, en quien estaba afianzado nuestro único medio y última esperan- za, que no había quedado para cumplir con nuestro ejercicio, convir- tiéndose en desdoro y atraso de nuestro instituto el solicitarlos y man- tenerlos, valiéndose el enemigo común de celos aparentes y virtudes paliadas para quitarle a la verdad su lugar y que ésta quede hollada, ultrajada y abatida, vistiéndola de contrarios ropajes para darse a sus intentos más cuerpo, viendo en Dios y en nuestras conciencias la per- dición de estas almas, el atraso de las reducciones, el ánimo del común enemigo que intenta todo destrozarlo, en nombre del rey nuestro se- ñor, que Dios guarde, como sus humildes vasallos y de la Santidad de nuestro Santísimo Padre Inocencio Duodécimo y nuestra sagrada Re- ligión capuchina, exhortamos a V.S. y le requerimos se sirva de sus- pender dichos puntos y declaratoria, hasta dar cuenta al rey nuestro señor de todos ellos en su Real y Supremo Consejo de las Indias, a donde recurrimos y hemos determinado de común acuerdo vaya nues- tro prelado a dar cuenta del mísero estado a que han llegado estas mi- siones y sus pobres ministros de las dos majestades, y pedimos y su- plicamos a V.S., como sus capellanes, no lo embarace en todo ni en parte por convenir así al servicio de Dios y del rey, y no concedido o

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