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MI5ION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 575 lar que es que un pueblo de indios que no llega a cincuenta familias, estando sólo a media legua de la nueva villa, y diez y ocho o veinte de Barquisimeto, y sujeto a su jurisdicción, a más de las continuadas competencias que cada día ha de haber, pasándose los delincuentes de la una jurisdicción a la otra con grande detrimento de los indios, y que a un pueblo de españoles le compete más jurisdicción, según V.M. tiene ordenado, y que ha de resultar de impedimento a los progresos de las misiones, me vi obligado a representarlo con otras cosas al gober- nador, como consta de mi petición que va con autos; y, sin embargo de todo, ha resuelto y probado la fundación conforme la delineación que hizo el dicho comisionario, sin haber condescendido con mi súpli- ca; por lo cual represento a V.M. sea servido de mandar que a la nueva villa se le dé de jurisdicción hasta el dicho desembocadero de los llanos que divide la cercanía y corre el río Sarare, que está poco más de cinco leguas de la nueva villa, y le quedan diez o doce del tal sitio hasta Barquisimeto por aquella parte; y por lo demás, ciento y setenta de jurisdicción, como consta en los autos. Y, en cuanto al punto de quedar el pueblo de los indios de San Miguel de Acarigua, el cual está a nuestro cargo, exento de la jurisdic- ción de la villa y sujeto a Barquisimeto, debo representar a V.M. que el tal pueblo está distante de Barquisimeto más de diez y ocho leguas, y sólo media legua de la nueva villa, como ya llevo dicho, y así apar- tado de las justicias y corregidor que solamente al año suelen ir y asis- tir diez o doce días por San Juan y otro tanto por Navidad, a cobrar los tributos, y todo el tiempo restante carecen dichos indios de ministros de justicia ordinaria permanente y estable en el pueblo, que se les ad- ministre en lo político y militar y los contenga y reprima en sus ordina- rios excesos, fugas y embriagueces, sobre que conviene proveer de más pronto remedio de que necesita, así para evitar los daños que los in- dios de Acarigua ocasionan a los de las misiones con sus ocultaciones en sus labranzas, como también para excusar los inconvenientes, con su pretensión, diferencias e inquietudes que en adelante se pueden ori- ginar, de distintas jurisdicciones, y también porque los alcaldes de Bar- quisimeto y otras personas de dicha ciudad les harán muchas vejacio- nes a título de que son sus encomendados, y en jamás gozarán de la entera libertad que V.M. les tiene dada. Y esto sin poderlo remediar por lo dilatado de los recursos a los superiores, lo cual todo va justifi-

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