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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 541 dan para su mejor gobierno y que haya quien administre justicia cuan- do se le ofreciere al teniente salir de la villa. Y que a ésta se le seña- len propios para los efectos que los tienen destinados las ciudades, villas y lugares de estos reinos. Y sobre estos cuatro puntos Su Majestad fue servido de remitir a Vuestra Señoría y al Ilustrísimo Señor Obispo de este obispado la resolución y providencia que conviniere dar, como a quienes tienen la materia presente y que, oyendo al Prefecto, se ejecute lo que fuere más conveniente y de su real servicio, como parece de la real cédula original, su data en Madrid, a quince de junio del año pa- sado de noventa y dos, que presento con la solemnidad necesaria. Por lo cual a Vuestra Señoría pido y suplico haya por presentada dicha real cédula y en su vista se sirva de hacer y conferir con el Ilustrísi mo Señor Obispo los puntos referidos, según la relación que tengo hecha y haré verbalmente en la junta que sobre ello se formare, para que en vista de todo Vuestra Señoría, con el gran celo que le asiste del real servicio, con Su Señoría Ilustrísima, se sirvan de resolver y mandar ejecutar 10 que hallaren ser más conveniente a la conservación de la misión y servicio de Su Majestad, que es a lo que debemos aten- der los misionarios, y yo recibiré merced, etc. Fray Ildefonso de Zara- goza, Prefecto. 111 Petición del P. Prefecto Ildefonso de Zaragoza al gobernador de Ca- racas para que se pongan en ejecución dos cédulas referentes a la per- misión de entrar los misioneros a la reducción de indios con escolta de españoles (Madrid, 15 junio 1692), y auto del gobernador para que así se lleve a efecto.— (Caracas, 20 febrero 1694).— Copia autenticada (AGI, Santo Domingo, 808). Petición.— Fray Ildefonso de Zaragoza, Prefecto de las misiones de Capuchinos que asisten en esta provincia de Caracas, en la conver- sión de los indios infieles, ante V.S. digo: que habiéndose hecho junta en esta ciudad entre el Ilmo. Sr. Don Fray Antonio González de Acu- ña, obispo que fue de esta diócesis, y los alcaldes ordinarios que go- bernaban en vacante, se dispuso, entre otras cosas, que en las entradas que los religiosos hiciesen a reducir indios infieles y los apóstatas y fu-