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536 PUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA buenas costumbres y policía que conviene. Y de acuerdo con lo eje- cutado así, me daréis cuenta en la primera ocasión. Fecha en Madrid, a quince de junio de mil y seiscientos y noventa y dos.— Yo el Rey.— Por mandado del rey nuestro señor, Don Antonio Ortiz de Otalora. 107 Diego Bartolomé Bravo de Anaya, gobernador interino de Venezuela, informa al rey sobre el proceder de los indios gayones y resalta la labor beneficiosa de los misioneros capuchinos para con ellos.— Caracas, 4 febrero 1693.— Original (AGI, Santo Domingo, 199). Señor: Habiendo entrado en el ínterin del gobierno de esta provincia, entre diferentes reales cédulas que recibí, se halla la de seis de abril de noventa y uno sobre la mudanza o manutención de los indios gayones en el paraje que se hallan poblados, tres leguas distantes de la ciudad de Barquisimeto, orillas del río de ella agregados a la misión de religio- sos capuchinos, mandando Vuestra Majestad que, para que se logre el acierto, lo confiriese con el prelado de esta iglesia, del Prefecto de dichas misiones, doctrinero de dichos indios y demás personas prác- ticas que se hallase deben concurrir a la junta, para, con sus pareceres, resolver la materia; y, poniendo en ejecución el mandato de V.M., lo he tratado con el prelado y, no lo pudiendo por ahora hacer con el Prefecto capuchino y religioso doctrinero, por la distancia de más de sesenta leguas que hay de esta ciudad a dichas misiones, lo he hecho con personas políticas de graduación y experiencia, con bastante cono- cimiento de la naturaleza de dichos indios gayones, y de estos prácticos he sido informado que dichos indios, la tierra que habitan de las ciu- dades de Barquisimeto y de Carora, que de una a otra comarca habrá doce leguas, es de montes ásperos, de plantas espinosas, muy seca e intransitable, sólo ocupada de este gentío dado al ocio, con tal extre- mo que de su voluntad no ponían mano en labor de ningún género, vagando, si bien con el halago de los ministros apostólicos, que hoy les doctrinan, industriándolos en las cosas de nuestra santa fe, con de-