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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 519 a los religiosos en sus enfermedades y de algún descanso para los viejos e impedidos, si la real clemencia de V.M. fuese servido de hacerles alguna limosna a este fin, poniéndolo en la real conside- ración de V. M. 8a. Cédula.— En otra real cédula manda V. M. que, cuando se ofrezca algún negocio a la misión, no venga a España ningún religioso porque no haga falta en la misión, y que se dé cuenta al obispo de los progresos de ella por haber informado este prelado que no lo hacían los misioneros. Señor: en las ocasiones que han venido los religiosos a estos reinos a tratar los negocios de la misión, ha sido indispensable excu- sar el viaje para buscar el recurso a los reales pies de V. M. y las providencias que se han ofrecido solicitar en el Consejo para el ade- lantamiento de sus operaciones en aquel ministerio, por no ser ca- paces de darlas otro ningún tribunal inferior y ministros de allá. Y otro sí, para poder responder a las graves calumnias que se les han imputado, cuya urgencia nunca instó más que al presente, y esta precisión movió a los Padres de la misión para enviar al supli- cante, en que no sólo convinieron obispo y gobernador sino que lo tuvieron por conveniente y así lo expresaron en sus autos, mandando por ellos que concurriesen los misionarios al Consejo en las dudas y dificultades que se ofrecieron y manifestaron para poner en práctica las últimas reales cédulas que se despacharon, y siempre convendrá al bien de las misiones y al mayor servicio de V . M. que en esto no se haga novedad, cuya súplica remiten al final, núm. 12. Y en cuanto al segundo punto del cargo que hace el obispo a los misionarios de que no le dan cuenta de los progresos de la mi- sión, deben decir a V.M. que ignoran el motivo que pudo tener para su expresión, por ser así, que en todas las ocasiones que lo han debido hacer, k. han ejecutado, y siempre se ha tenido esta atención no sólo por precisa en los misionarios, sino por conveniente para el adelantamiento del fin a que se dirigen sus trabajos y operaciones, cuya aprobación y patrocinio han solicitado siempre, pidiendo tam- bién con repetición a este prelado tuviese por bien de llegarse a vi- sitar aquellas misiones, y nunca han podido merecer este consuelo que lo fuera muy grande para los misionarios y para los mismos in- dios, y muy conveniente para la quietud y bien de sus ánimas y en