BCCCAP00000000000000000000506

MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 503 Representó la misión todo lo que se le ofrecía en este caso, con la dilación y expresión que parece de sus escritos, suplicando de la di- cha sesión por oponerse a las órdenes expresas de V.M., que observaba la misión, y a las bulas del Papa Adriano Sexto y otros pontífices, y proveyó que se cumpliese lo mandado. Llegó al mismo tiempo a quella provincia la real cédula de V.M. de 20 de junio de 686, mandando se quitase el servicio personal de los indios encomendados, y el gobernador D. Diego de Melo, habién- dola puesto en ejecución, incluyó también a aquellos que, en virtud de las órdenes de V.M., se repartían en la villa de San Carlos, con la limi- tación que se ejecutaba de los recién sacados de los llanos, que redun- daba en mejor conveniencia de los mismos indios, que en utilidad de los vecinos de la dicha villa; representósele así al gobernador y, arre- glándose al real despacho general, no exceptuó los indios de las misio- nes, donde viendo postrados los medios no sólo de aumentarlas sino de mantener lo trabajado, se resolvió por los Padres enviar a dar cuenta de todo a V.M. y para ello vino Fray Gabriel de Sanlúcar y en su compañía, Fray Manuel de Alesón, y éste para que se quedase en España, por no ser a propósito su asistencia en las misiones, a causa de su inquieto ánimo, pues, en cuatro meses solos que había tenido de asistencia en ellas, le parecía haber comprendido más aun, sin haber entrado en los llanos, que los demás religiosos en cuarenta años de experiencia y trabajos; reprobaba con su corta y ninguna experiencia la forma que veía practicar a los demás Padres, haciendo grandes ex- trañezas de que tuviesen en aquellos desiertos un rebaño corto de ganado de las reses que los fieles vecinos de aquellas comarcas nos daban de limosna de sus hatos, no llegando al número de doscientas vacas y terneras que se consumen en el sustento de los religiosos y de los indios, particularmente los enfermos e impedidos, y asimismo el que los indios sanos hiciesen todos los años una corta labranza de maíz, que algunos no se logra, y para consumirse en el mismo sustento, sin que haya persona humana que jamás haya visto vender un sólo grano y, por consiguiente, ni una onza de algodón de la se- mentera que asimismo se suele hacer cada año, lográndose pocas veces su fruto por la delicadeza con que se cría; y del que se coge, es así que se reparte por una temporada entre algunas indias de la mi- sión, dándoles a cada una media libra en vellón a la semana, para

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz