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COLONIAL DE VENEZUELA 502 PUENTES PARA LA HISTORIA llegado, fue un mestizo, hombre malvado, facineroso, a quien por sus delitos se le había azotado y deterrado de la villa, quien le dijo había sabido que la escolta que acababa de salir a San Carlos, había cometi- do en los dichos llanos muchos robos, muertes, estupros y otros es- cándalos. Y el dicho Padre, llevado de este primer falso informe, se o y, sin aguardar la relación y cuenta del viaje, dejó arrebatar de su cel que p re cisamente le había de hacer el dicho Fray Gabriel, le escribió una carta extrañ s uponía se habían ejecutado e ando los excesos que n la jornada, con las mismas voces que se los había referido el mestizo, y, aunque, cuando ésta se recibió en San Carlos, ya se le había remitido la relación v erdadera del viaje, sin embargo pasaron los Padres a hacer in formación jurídica de la verdad para la mayor satisfacción del prela- do, quien aun sin esta diligencia, ya estaba d es engañado con vista de dicha relación y la que le habían hecho otras personas de verdad. Pero, como a este tiempo sucediese echar de la misión a un mulato clérigo que se había criado en ella y logrado ordenarse de sacerdote, por las justas causas que se tuvieron para decirle que se retirase, mal contento éste tuvo maña para coger aquella primera carta que el Pre- informá fecto escribió sobre la dicha entrada y se la llevó al obispo, n- dole s iniestramente otras cosas sobre las dichas entradas y operaciones de la misión. Con vista de todo se impresionó este prelado en otros dictámenes de los que al parecer tenía hechos y debía hacer de los mi- sioneros y su mucho trabajo. Túvose noticia en las misiones de lo que había ejecutado el dicho mulato, y que, dándole oídos al obispo, pro- seguía los malos informes que le dictaba su enojo y mal natural, y así se halló precisado el Prefecto a dar cuenta al obispo de la verdad del y lo demás que s caso e ofrecía, e nviándole también la información jurídica de lo que había pasado; y, aunque respondió el obispo diciendo que quedaba satisfecho y d e sengañado, fueron y han sido muy contra- rios los efectos que las misiones han experimentado, pues entrando inm ediatamente a celebrar la sínodo que hizo para aquel obispado, en ella puso una sesión en que manda que las entradas que de allí en adelante se hiciesen a reducir indios de los llanos por los Padres Ca- puchinos misionarioS, fuesen sin llevar ningunos e spañoles ni otro géne- ro de escoltas con armas, si no es que solos pudiesen entrar a predicar a los bárbaros y no en otra forma.