BCCCAP00000000000000000000506

MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 501 y, aunque es así que se malograron tres entradas, por haber llevado en ella tan pocos acompañados que no pasaron de doce hombres, con todo, en las otras que se hicieron, se sacaron más de mil indios que están poblados en San Francisco de Tirgua y en la dicha villa de San Carlos, poblándose también de nuevo el pueblo de San José de los llanos y otro que se hizo en San José de Coromoto y aumentando el de San An- tonio de Tacaragua, ques después se mudó a mejor sitio que llaman de Araure, habiéndose demolido, por las fugas que cometieron los indios, los que estaban fundados en las riberas del río Pao, y siendo tan con- veniente el adelantamiento de la misión y a sus progresos y en bien de aquellas almas, como se reconocía por la nueva forma de hacer las entradas y el mucho fruto que se iba logrando por ser la disposición más segura y eficaz que las demás que hasta aquí se han practicado. Viendo el demonio que, de subsistir esta forma y medios proporciona- dos, sería cada día mayor el bien espiritual y temporal de aquellos in- fieles, parece que sólo él pudiera haber introducido la perturbación y suspensión que hoy se experimenta, valiéndose para ello de motivos que a la primera vista parecieran honestos si no pesarán más las expe- riencias y razones que hay de contrario, vistas con satisfacción de la verdad y así sucedió que, habiéndose ejecutado una entrada por los años 78, fueron a ella el Prefecto que a la sazón era, Fray Diego de Marchena, acompañado de su compañero Fray Gabriel de Sanlúcar, y con escolta de indios y algunos españoles, se encaminaron por el río de Portuguesa abajo en busca de una nación llamados los dazaros, fu- gitivos los más de las misiones, y habiendo andado tiempo de tres me- ses por aquellos llanos, sólo pudieron reducir hasta treinta almas de dichos dazaros por huirse los demás sin querer salir a la misión; y, viendo el Padre Prefecto que el invierno se acercaba, resolvieron vol- verse, y el dicho Padre Prefecto se apartó encaminándose por el pueblo de Araure, dejando a Fray Gabriel con los indios y la escolta encami- nados para la villa, y le encargó que procurase reducir, en las partes por donde había de pasar, unos indios llamados colorados, fugitivos de las misiones y muchos de ellos cristianos, por cuyo paraje donde asis- tían pasaría. 1-{ízole así el dicho Padre y, habiéndolos reducido, salió con ellos y los dazaros a la misión. Corrió la noticia de la dicha salida a San Carlos y el primero que se la dio al Padre Prefecto en el pueblo de Araure donde ya había

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz