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500 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA ta a los p re dicadores por cuyo trabajo y de residir precisamente en el dicho pueblo, como en frontera, se les diese de los indios que se sa- casen, algunos que les sirviesen en sus casas y labranzas, así para que les ayudasen en ellas como para que a prendiesen a cultivar la tierra, ha- ciéndose al trabajo, y otrosí para que los hijos de los indios de tierna edad y sus mujeres estuviesen abrigados, sustentados y asistidos en las casas de los españoles, donde los habían de enseñar la doctrina cristiana y nuestra política y costumbres, dándoles todo buen trata- miento, siendo del cuidado de los Padres misionarios y más en particu- lar del que hace en dicho pueblo de españoles oficio de párroco y su compañero y del Prefecto de las misiones, celar y visitar continuamente las casas de los españoles, r e conociendo si los dichos indios, sus muje- res e hijos eran bien tratados, y si los dichos les enseñaban lo que les habían encargado, corrigiendo los yerros que en esto hallasen, remo- ndios de unas casas a otras, y llevándolos viendo los depósitos de estos i también a los pueblos de las misiones, cuando pareciera conveniente; y que el dicho depósito o servicio había de durar por tiempo de diez años y con la limitación de que sólo sirviesen tres días en la semana, y, pasados los dichos diez años, quedasen totalmente libres, dando cuen- ta de todo a V.M., como se ejecutó. Y, habiéndose visto en el Consejo con lo que informó el obispo Don Fray Antonio González de Acuña, fue servido V.M. de aprobarlo así, como parece de la real cédula, fecha en San Lorenzo, a 28 de s eptiembre de 1676, en virtud de la cual se fundó el pueblo de españoles con título de la villa de San Carlos de Austria, y se hizo la iglesia de bastante capacidad para mayor vecindad y se adornó lo mejor que la de los treinta vecinos de que se compone, que se pudo, sin costo alguno de la real hacienda, sólo con la industria de los religiosos y con las limonsnaS que recogían y la ayuda de los pobres veciflO5. Conseguida la fundación de la villa, dieron principio los misione- ros a hacer entradas en los llanos, a compañados de los españoles veci- nos para su r esguardo, y, aunque nunca pasaron del número de veinte, se fue expe rimentando la mucha importancia de esta asistencia, pues, aunque los bárbaros hacían cara, poniéndose en armas y amenazando contra las vidas de los misionarios y españoles, era bastante la presen- cia de éstos para que oyesen la persuasión y ruego de los dichos Padres y, movidos de él, se reducían a salir a las misiones para ser cristianos;

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