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498 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA -------------- --------- de vestuario más que el que usan las mujeres de un pequeño tejido de lamente les cubre las partes obscenas, y así palma o de hierba que so pasan en rancherías portátiles por las riberas de los ríos y montes y p erm aneciendo en ellas el poco tiempo que dura el pescado y la caza en aquellos sitios. Y, cuando lo sienten apurado, se mudan a otros, y en los inviernos hacen barbacoas en los árboles donde poder dormir, libres de las i nu ndaciones a que son sujetas todas aquellas tierras por las muchas aguas que hacen salir los ríos de madre, teniendo al pie de dichos árboles sus canoas en que van de día a pescar y cazar el sustento, que éste, sin usar de la a gricultura, le tienen librado sólo en los pescados de los ríos y lagunas y en los animales y sabandijas de los campos, de que sólo reservan los venosos, y de las raíces y fru- tas silvestres, que dan aquellos montes, de que hacen las bebidas para sus embriag ueces, a que son muy dados, siendo éste el vicio rey que más los arrastra entre los demás g éneros de vicios que se les conoce, cerradas teniendo apagada la luz de la razón para sus operaciones y y obtusas las vidas al discurso y potencias. Son asimismo dados a la s odomía, incesto, adulterio, pluridad de mujeres; no hay entre ellos casamientos, ni g uardan la indisolubilidad, pues lo ordinario es no res- n la línea recta, usando el ilícito petar cognación ni grado, menos que e trato con dos hermanas y madre e hijas. Suelen tener guerras entre sí y andar divididos en c uadrillas, dándose batallas en que se cautivan las mujeres e hijos, y a lgunos comen carne humana, saliendo también por las comarcas confinantes ya co nquistadas, a hacer hostilidades, como se había ex perimentado en los pueblos y sitios de San Sebastián, pro- vincia de Nirgua, Acarigua, GuanagUana, Pedraza y en las misiones de Padres de la Compañía en Casanare. Y, viendo los religiosos que las tierras de los llanos no tenían dis posición de poderse poblar en ellas por ser en los inviernos inhabita- bles mediante las dicha i nu ndaciones, les pareció hacer los pueblos de las gentes que pudiesen ir re duciendo, en las tierras altas, cercanas a la serranía, empero muy acomodadas a la saludable vivienda de los indios por su fertilidad, a bundancia de ríos de pesca y cacería; y í as fueron disponiendo el intento, y, con efecto, hicieron tres pueblos en las riberas del río Pao y otro sobre el río TucuragUa, y después otro sobre el río Tinaco, sacando en diferentes entradas que hicieron, más de dos mil indios, a los cuales se les empezó a enseñar la doctrina cris- tiana y nuestra política y costumbres con g randísimo trabajo, por la

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