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FUENTES PARA LA I-JI STORIA COLONIAL DE VENEZUELA 496 neros, les ha sido i n dispensable, en su aflicción y desconsuelo, buscar l ardiente celo que el recurso a los redes pies de V.M., para que Con e asiste en el católico y piadoso real pecho de V.M. sea servido de man- dar que, ha biéndose visto en el C on sejo la representación que al pre- sente envían a hacer con man ifestación de la verdad y con los instru- mentos auténticos que la co mprueban, y los motivos que se han to- mado para informar de co ntrario lo que no se debiera y ha sido causa de la co nturbación y desconsuelo en que se halla la dicha misión, se sirva V.M. de mandar dar la providencia que conviene, según que á, por ser los meá abajo se dir dios ms proporcionados, que en la dicha misión todos los m isionarios con particular fuerza de lar aplicación y en quellos las grandes experiencias que le asisten de la naturaleza de a bárbaros, han discurrido y p r ocurado para su reducción y bienestar, sin otro fin ni motivo humano, cuanto delante de Dios juzgan, que el de conse guir más bien la propagación del santo E vangelio Y plantar nuestra santa fe s agrada en aquellos llanos y que se consiga únicamente que Dios nuestro Señor sea servido y su santo nombre ensalzado, lo- grándose asimismo el a rdiente deseo y santo celo de V.M. en bien Y si las súplicas que i n terponen, no fueran del real de aquellas almas. de la ace agrado de V.M. y ptación del Consejo, piden el b eneplácito y licencia de V.M. para retirarse a sus provincias de España, pues, si los medios que tienen precisamente por n ecesarios, sin los cuales no sólo no se puede a delantar la misión pero ni c onseguir que se mantenga aun en el m iserable estado en que hoy se halla, tienen por i nfructuosa su as istencia en aquella provincia donde, viendo perdido el fruto que a costa de tantos trabajos se ha podido c onseguir, sólo les quedará que llorar con a margura la perdición de dichas misiones y que haya sido más poderosa la mentira y e mulación que se ha informado indiscre- tamente, que la verdad íntegra con que los m isionarios han procedido en su a dmifli5tci y ejercicio i n formando a V . M. lo que se ha of re- y que les ha parecido más conveniente al servicio de Dios y de V.M. y bien de las almas, sin otro interés; pues, aunque aquellas mi- s iones fuesen c apaces, que no lo son, de tener alguna conveniencia hu- mana, no es de creer que en la mísera a mable desnudez que profesan los misionarios, les habían de apartar un punto, m ediante la gracia de que quien se j esucr isto, de la o bservancia de su sagrado instituto y expone a perder su vida en tantos trabajos y peligros como experimen- tan aquellos mise- los dichos misionarbos por el bien de las almas de rables, no habían de querer c ondenar las suyas tan de valde, y aunque