BCCCAP00000000000000000000506

DE VENEZUELA 478 FUENTES P ARA LA 141STORlA COLONIAL ITO puchino P. Cirilo de Onteniente niesta al goberfl 0 Y comuflicáfld0 lo s uced ido con la imagen de Nuestra Sra. de I Carta del misionero ca regalo de dicho go bernador al ser trasladada al pueblo de raguata mbre 1690.— original Guarenas, 29 septie (AGL Santo Domingo, 199). Jesús, María, José. El no haber escrito a vuestra Alteza hasta ahora ha sido por enviar enteramente la relación de todo lo su cedido en la santa ima- gen. Digo, señor, que el día que s alimos de Caracas no pudimos lle- gar a Guarenas porque los indios se dañaron Y lastimaron mucho los pies, andando siempre fuera de camino; lloviónos un poco pero no resultó ningún daño. pudo resultar porque los cuatro clavos en que venía fianzada la imagen, se quebraron. Domingo al salir del sol, entró la santa imagen en Guarenas; fue prec iso descubrirla para a liñarla más a conveniencia de los indios y de la santa imagen; hízolo el maestro Juan José con mil primores rgen; s alimos de aquí por paisano de villa y devoto de la Vi lunes y llegamos a m ediodía al trapiche del capita Lucas Martínez, que se alegró muchísimo de ver la santa imagen en su casa y regaló a mis qu isieron y, como es lenguaraz, quiso Dios indios con dulce cuanto instrumento pata que nuestro Señor que fuera Diego el cielo se con- m oviera a pedir el santo bautismo; desde allí fuimos a hacer noche en casa del capitán don José de Soto que, no menos devota la Señora Doña Isabel María, regaló a mis indios aquella n oche, y por la maña- na, antes de partir de allí, nos fue preciso quedar por mi poca salud y treg ué la santa imagen en manos de Don Gaspar de Viana, cura de p acar igua, y del amigo Don Juan de YélarnoS, bien s eguro de que cuidarían mejor que yo, y sé que el camino e staba bien seco y bien aliñado. C o nfirmé a Diego y Jacinto en sus buenos p r opósit05 de bauti- zarse y f u éronse con su mal de Dios (sic). Volvió Don Juan de Yélamos y me a segura llegó la santa imagen sin ningún daño; fue recibida de los indios con toda las demostraciones de a legría y devoción que su- pieron. Empezaron Diego y Jacinto a pedir el santo bautismo, que fue la mayor alegría, y a su imitación Otros que llegaron al número

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz