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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 471 separarlos con sus mujeres e hijos por algunos meses, poniéndolos en algunos hatos de ganado o poblaciones más cercanas de españoles, encargándoles cuiden y mantengan hasta que se aquieten y no haya inconveniente para volverlos a sus pueblos, como con efecto se vuel- ven, y, las raras veces que esto ha sucedido, se ha hecho mirando la permanencia de los pueblos y por asegurar las vidas de los mismos indios y de ninguna manera por vía de servidumbre, presión y des- tierro ni otro castigo, habiéndose observado esto mismo desde los principios de dichas misiones, remitiendo en una ocasión el dicho Reverendo Padre Fray Pedro de Berja a esta ciudad de Caracas doce indios que tenían inquietas y levantadas las poblaciones de la misión, y el almirante Don Félix Garci-González de León, gobernador que entonces era de esa provincia, los puso en diferentes casas y no obs- tante se huyeron de ellas y volvieron a dichas misiones, levantando parte de ellas, que hasta ahora no han parecido, etc. 10 .—Iten, si saben que en los casos respectivos que acontecen en los pueblos de las misiones de resulta de las borracheras y pen- dencias entre los indios, por que no sucedan mayores daños ni se maten ni maltraten unos a otros, como muchas veces sucede, por no haber en aquellos distritos justicias ni otras personas que lo reme- dien, le es preciso a los religiosos, como también a los demás curas, por buena economía y gobierno y no hallarse otro remedio más pronto, poner a dichos indios por mano de otros en cepos y otros géneros de prisión, o encerrarlos hasta que, pasado un día o noche, se les quite la embriaguez y se templen y enmienden, lo cual hasta ahora sólo ha sucedido en el pueblo de Araure, por no haber en veinte leguas de su contorno población alguna de españoles, cuando la necesidad y casos urgentes lo han pedido y por muy breve tiempo, como padres con sus hijos, sin que hasta ahora los dichos religiosos hayan maltra- tado ni castigado a ningún indio, digan, etc. 11 . —lien, si saben que en los pueblos de indios que están a cargo de dichos religiosos no hay caciques ni capitanes por nombra- miento de los religiosos ni aun por los mismos indios, por ser de tal calidad que no se reconocen sujección de unos a otros, ni aun de hijos a padres, y solamente a los cabezuelas de las familias suelen llamar a ellos y los españoles capitanes, mas no porque lo sean ni tengan nombramiento alguno, y sólo por vías de buen gobierno, y en especial