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468 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA 3a —Iten, si saben que este presente año el dicho Padre Fray Ildefonso de Zaragoza ha entrado por tierra más de trescientas leguas buscando indios en vueltas y rodeos hasta llegar a un brazo del río Apure, muy cerca del Orinoco, acompañado de solos dos indios y un zambo por guías, de que sólo consiguió hallar y disponer una parcia- lidad de indios guaiquires, dejándoles encargado juntasen sus compa- ñeros para este verano que viene, que entraría a buscarlos y a sacarlos para que se poblasen en el Guárico, río muy caudaloso, y si asimismo saben que por principios de este presente año bajó por el dicho río de la Portuguesa el Padre Fray Buenaventura de Vistabella con solos siete indios para gobernar las canoas, y, después de dos meses de na- vegación, juntó hasta ochenta familias, empezó a poblar, en distancia de más de diez de navegación a la villa y pueblos de las misiones, de que dio cuenta al Padre Prefecto, quien le remitió un religioso por compañero con algunos bastimentos, y los indios que cupieron en las canoas, de los que estaban en el pueblo de San Pablo, por ser natu- rales de aquel paraje, y desde mayo que empezó el invierno, no se ha tenido noticia de dichos religiosos, por lo dilatado del viaje y ser tierras anegadizas, digan etc. 4a.—Iten, si saben que solamente en cinco ocasiones de las entradas que han hecho los Padres Fray Gabriel de Sanlúcar, Fray Pablo de Orihuela, Fray Buenaventura de Vistabeila y Fray Ildefonso de Zaragoza, desde el año de setenta y ocho hasta el de ochenta y seis, llevaron en su compañía algunos vecinos de la villa de San Carlos para guarda de sus personas y mejor conducción de los indios que se iban reduciendo, lo cual han hecho los dichos religiosos no de su pro- pia voluntad sino en conformidad de lo dispuesto en las ordenanzas hechas por el Ilustrísimo Señor Don Fray Antonio González de Acuña y por los alcaides gobernadores de esta ciudad, con consulta de ambos cabildos y de otras personas prácticas y en virtud de la real cédula del año de setenta y seis en que Su Majestad fue servido de aprobar dichas ordenanzas, por las cuales se ordena que los misionarios apostólicos, siempre que hubieren de hacer entradas a reducir indios infieles y sacar los cristianos que se hubieren huido a los montes, lleven en su compa- ñía algunos españoles para guarda de sus personas, y que para este efecto y el de evitar las fugas a los indios ya poblados y refrenarlos en sus borracheras y sujetar a los inquietos y perturbadores, se hiciesen algunas poblaciones de españoles en la cercanía de los pueblos de di-

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