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INTRoDuccIoN xxv mente una y otra necesidad cuando en 1789 se fundó el hospicio de Caracas, que fue a la vez residencia de ancianos y enfermos al igual que del Procurador de misiones y juntamente seminario para los que llegaban de Europa; su estancia en él les servía a la vez de aclima- tación.40 En más de una ocasión se ha achacado a los misioneros el no haber conservado todo aquello que formaba la antigua cultura de los indios o sus costumbres típicas. Ni qué decir tiene que existían costum- bres que en modo alguno podían ellos ni admitir ni tolerar por ser francamente inmorales, como tampoco debían permitir reuniones o ciertos actos de culto con ribetes idolátricos y menos aun conservar idolillos u objetos semejantes en poder de los indios. Pero ciertamen- te consintieron en ellos y hasta fomentaron otras cosas que no tenían nada de inmoral ni resabios de idolatría, culto del demonio, etc. Tal sucedió, por ejemplo, con los juegos, las competencias, hasta los bailes honestos, etc. Y más que todo no sólo conservaron, sino también logra- ron, la supervivencia de lenguas que hoy en día sólo conocemos por los escritos de los misioneros: vocabularios, catecismos, confesonarios. Desde luego no sabemos si los misioneros de los Llanos dieron a la imprenta algún escrito relacionado con todo eso. Si en cambio pode- mos afirmar que en modo alguno se descuidaron en el aprendizaje de la lengua de aquellos nativos. Ya a fines de 1659, cuando apenas lleva- ban allí un año, se nos dice que el superior de aquella misión, P. Rodri- go de Granada, hablaba la lengua de los indios de San Antonio de Choro.41 Y, en las numerosas relaciones de las entradas efectuadas a la reducción de los indios, repetidas veces se dice que el misionero habló a los indios en su propia lengua. A eso hay que añadir cómo a los misioneros de los Llanos les debemos tres vocabularios de otras tantas lenguas habladas por indios de esta misión; son breves y llevan estos títulos: Traducción de la len- gua española a la otomaca, Traducción de la lengua española en la tapa- expondremos también lo que las Ordenaciones, dadas a los misioneros en 1707, disponían sobre esto mismo. - 40. En los capítulos XII y XIV del resumen histórico damos más noticias sobre este Hospicio de Caracas. 41. VICENTE DAVILA, Encomiendas, V, 149, 174,

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