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INTRODUCCION XXI género de duda a los demás y con éxitos ms gloriosos aunque en apa- riencia no sean tan llamativos. Sería prolija la lista de los que más se distinguieron; citamos 1. sólo los nombres de los principales y apuntamos algunos de sus méri- tos. y en primer lugar, el P. Pedro de Berja, varias veces Prefecto o superior de esta misión, llegado ya en la primera expedición de 1658. Debe ser considerado como el verdadero organizador de la misma: fun- dando pueblos, consiguiendo importantes cédulas reales y provisiones de los gobernadores, el establecimiento de villas de españoles, la entrada con escolta de éstos a la reducción de indios. Tuvo excelentes dotes de gobierno y falleció en la villa de San Carlos, en 1703, a los 73 años de edad, 51 de vida religiosa y 45 de misionero.21 Otro defensor acérrimo de los derechos de los misioneros fue el P. Ildefonso de Zaragoza. Vino a España en 1691 y logró que el rey derogara varias cédulas dadas en contra de los mismos en 1689. Fue asimismo Prefecto y fundó la villa de Nuestra Señora del Pilar de Araure. Falleció el 10 de junio de 1700 en el convento de San Fran- cisco de Caracas, en cuya iglesia está enterrado.2 ' Con él comparte esa gloria de haber conseguido nada menos que 22 cédulas en pro de la ' misión, el P. Marcelino de San Vicente, Prefecto también, fundador de varios pueblos, muerto en el de San Francisco Javier de Agua de Culebras, el 8 de diciembre de 1747, a los 90 años de edad y 40 de misionero, 25 de los cuales dedicó a hacer entradas a los indios.22 Los PP. Salvador de Cádiz y Miguel de Olivares, llegados ambos a los Llanos en 1718, desempeñaron asimismo el cargo de Prefecto y dedicaron gran parte de su actividad a la reducción de los indios y fundación de pueblos. Además, el P. Salvador fue procurador de la misión y sus relaciones y cartas son fuente fidedigna de datos y noti- cias.23 Por su parte el P. Olivares defendió con valentía la honra y fama de los religiosos ante el gobernador D. Gabriel de Zuloaga y luchó 20. CIPRIANO DE UTRERA, O.F.M. Cap., Necrologio de los Frailes Meno- res Capuchinos de la provincia de Andalucía, Trujillo 1945, 113. 21. Así se lo comunica el obispo de Caracas al P. Marcelino de San Vicente en carta escrita poco después (AGI, Santo Domingo, 808). El Necrologio citado pone el afio 1702 como el de su muerte, lo que no es exacto. 22. Todas las relaciones e informes hablan de este religioso con la mayor veneración, ponderando su actividad apostólica y sus méritos en las entra- das a los indios y fundación de pueblos. 23. Falleció de muerte natural pero después de haber regresado a España.

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