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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 157 3.—No fué ese el único contratiempo experimentado por los Capuchinos en los expresados años. Uno de los más molestos y más injustos vino precisamente de quien menos se podía esperar, del gober- nador de Venezuela D. Gabriel de Zuloaga. Este que, según dijimos, defendió los derechos de los Capuchinos en el conflicto de los límites misionales, quizás porque así lo exigían los propios intereses y la dig- nidad de su cargo, lanzaba poco después, en 1743, varias acusaciones en contra de los misioneros de los Llanos y su comportamiento, las que repitió luego cuando al siguiente año los religiosos solicitaron autori- zación para realizar nuevas entradas a los indios." A esas cartas "en las que, mal informado, impone a los misiona- nos varias calumnias contra su buena fama, opinión, celo y desinterés", según expresión de los mismos religiosos, dio contestación adecuada el Prefecto P. Prudencio de Braga por medio de una carta larguísima en la que va rebatiendo una por una las insidias y acusaciones lanza- das por el gobernador y que aquél atribuye más bien a otro individuo que en aquella provincia ocupaba un puesto importante y procedía con fines rastreros e intereses egoístas. Luego el P. Braga demuestra con hechos fehacientes lo que los misioneros capuchinos habían traba- jado allí con el mayor celo, no obstante las contradicciones experimen- tadas, persecuciones sufridas, vidas rotas y otros infinitos contratiem- pos soportados en bien de las almas y salvación de aquellos infieles. Termina la carta con estas palabras: "Yo suplico a V. E. por Dios, por el rey nuestro señor, por su buen celo y prendas de caballero, vea con toda reflexión esta mi respuesta y las cédulas que cito, que todas paran en este gobierno y en el archivo de estas misiones, y, deponien- do toda pasión de siniestros informes, como también cualquier térmi- no que con sinceridad me haya hecho prorrumpir el dolor y celo de ver tan injustamente calumniadas mis misiones y sus operarios, se sirva o deponer el concepto tan bajo que tiene formado de nosotros o hacer la justificación debida para dar cuenta a S. M."27 La cosa no paró ahí ni los misioneros se dieron por satisfechos. El 22 de enero de 1745 celebraron Capítulo y fue elegido Prefecto el P. Miguel de Olivares. En él se tomó la determinación de enviar un 26. Cartas del gobernador Zuloaga al P. Prefecto, Caracas, 12 agosto 1743, y La Guaira, 23 mayo 1744 (AGI, Santo Domingo, 826). 27. Carta del Prefecto P. Prudencio de Braga, Misión de Cojedes, 14 junio 1744 (ibid.). Consta de 16 extensos folios.

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