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xx . INTRODUCCION vieron. El Superior Provincial de la expresada provincia religiosa, que desempeñó a la vez el cargo de Comisario general de todas las misio- nes hasta el último cuarto del siglo XVIII, venía obligado a proveer de misioneros y preparar las expediciones de cuantos fuesen enviados a 1. ejercer allí labor evangelizadora. No obstante eso, también estuvo misionando en los Llanos una docena de religiosos pertenecientes a la provincia de Valencia, algunos de la de Navarra e igualmente varios de la de Castilla. El número total de los mismos es difícil fijarlo con exactitud; nuestro cálculo aproxi- mado es que se acercan a los 200.19 De todos ellos es preciso hacer el más cumplido elogio así por la actividad desplegada como por la constancia en llevar adelante su empresa evangelizadora. Con su esfuer- zo y a costa de incontables trabajos, superando dificultades y contra- tiempos, exponiendo en no pocas ocasiones la vida que más de cuatro perdieron en ello, lograron echar los fundamentos de más de 50 pueblos que aún existen, bastantes de ellos con categoría de ciudades o villas, y de otros tantos que, debido a múltiples causas y circunstancias, deja- ron de subsistir. Intenso, extraordinario y meritorio fue el apostolado ejercido por los Capuchinos en Cumaná; valiosa fue su labor y espléndidos los resul- ' tados en la reducción y evangelización de incontables indios y en la fundación de pueblos. Idénticas alabanzas hay que tributar con toda justicia a los que en Trinidad y Guayana e incluso Maracaibo trabajaron con incansable esfuerzo y ardoroso espíritu por esos mismos ideales, logrando iguales éxitos y halagüeños frutos. No obstante, ponderadas las circunstancias nada propicias que concurrieron en esta misión de los Llanos: la inmensa extensión del terreno, las tremendas dificultades en las comunicaciones y más que todo la oposición de los indios a su reducción y su inconstante permanencia en los pueblos fundados, a lo que se añadieron las contradicciones experimentadas aun de los espa- floles, el mérito y el constante apostolado de estos misioneros de los Llanos suben mucho de punto y, en nuestro concepto, superan, sin 19. Para hacer este cómputo nos hemos valido de las listas de embarque que figuran en AGI, Contratación y Secretaría de Arribadas, y de la "Lista de los religiosos capuchinos que han ido y asistido en las misiones de Caracas" (Cfr. F. DE RIONEGRO, Misiones de los PP. Capuchinos. Docu- mentos, Pontevedra 1929, 300-304). En algunas relaciones de los Prefec- tos sobre el estado de la misión figura a veces el número de misioneros, pero hemos comprobado que el cómputo no responde a la realidad.
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