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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 153 nero. Ante las reclamaciones por parte de algunos señores de Caracas de aquellas tierras de Guataramo, el gobernador ordenó sacar los indios de allí y destruir las construcciones levantadas junto con la iglesia, lo que se estaba efectuando en abril de 1752 con gran riesgo de que todos aquellos indios huyesen a los montes.` 2.—A ese contratiempo vinieron a juntarse otros varios que en los años que historiamos en este capítulo, 1736-1752, inquietaron el ánimo de los misioneros. Y fue el primero el relativo a los límites entre esta misión capuchina de los Llanos y la jesuita del otro lado del Orinoco. Llevados sin duda por la buena intención de evitar roces y en- cuentros desagradables, los superiores de ambas misiones, P. José Gurnilla, jesuita, y P. Salvador de Cádiz, capuchino, firmaron una concordia en Caracas, 28 noviembre 1736, la que fue aprobada por el obispo al siguiente día. El contenido de la misma se explanaba' en ocho puntos, en los que, aparte de otras cosas, se pretendía señalar y fijar los territorios de cada una de las misiones. Sin embargo, lejos de hacerlo así e indicarlos concretamente, se daban sólo ciertas normas teóricas y, en óltimo término, señaaban las naciones de indios que pertenecerían a una u otra misión, cuando, como es sabido, existía una enorme confusión entre los que poblaban una y otra ribera del Orinoco y, dado el carácter inquieto, veleidoso y migratorio de los mismos, tan pronto estaban en uno como en otro lado del gran río.'7 16. Relación del P. Villanueva. 17. Véase, por ejemplo, el contenido de algunos puntos. El primero decía: "Sea territorio y término fijo de posesión a cada una de estas dos misiones respectiva, todos aquellos parajes y sitios en que al presente se hallaren eri- gidas poblaciones de indios con doctrinas y operarios que las adminis- tren". Y luego: "Todo el territorio que comprende entre los términos pose- sorios de una y otra reducción. . ., cuyo territorio es paraje despoblado y desierto de españoles y habitado de innumerables indios gentiles de diferen- tes naciones, sea comtn a una y otra reducción así de la Compañía de Jesús como de los Capuchinos de Caracas, para que libremente y sin contradicción puedan recíprocamente entrar siempre que les pareciere conveniente a la reducción de indios gentiles que en dicho territorio se contienen, agregando cada cual a su reducción y misión los indios que de dichos desiertos sacare". Tenía más importancia aun el punto cuarto en que se dice no se señala- ban linderos a las dos misiones, pero en cambio se especificaban las nacio- nes de indios de cada una de ellas. Así, por ejemplo, a los Jesuitas se dejaban "las naciones que se contienen en las riberas del otro lado del

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