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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 149 bargo, que no fueron muchas porque tampoco fueron numerosos los indios reducidos y además gran parte de ellos fugitivos y apóstatas, los que fueron reintegrados a sus respectivos pueblos o también agre- gados a otros donde estaban los de su misma nación. Los misioneros llegan a culpar al jesuita P. Bernardo Rotella por la oposición que hizo a las entradas de los Capuchinos en la parte jurisdiccional de San Se- bastián de los Reyes, próxima al Orinoco.' Ninguna fundación se efectuó los años 1736 y siguientes hasta 1744. En este último se llevó a cabo la de El Salvador de Altamira que más tarde llevaría el título de Nuestra Señora del Rosario de Al- tamira, formada al principio de indios palenques y caribes salidos de las riberas del Orinoco y que no pudieron así colocarse en Iguana por ser enemigos de los que allí vivían.7 Para antes de mayo de 1744 ya se tenía hecha la fundación y la primera partida de bautismos lleva jus- tamente la fecha de 2 de dicho mes y año, firmada por el P. Miguel de Cádiz, que fue el fundador y que por entonces cuidaba también del próximo pueblo de Nuestra Señora de Altagracia de Iguana, a causa de encontrarse enfermo e impedido el P. Tomás de Pons, fundador de este último.' A propósito de este pueblo hemos de decir que ya con anterio- ridad, en 1742, el Prefecto P. Prudencio de Braga hizo las gestiones oportunas para establecer en aquel mismo sitio una villa de españoles a la que se daría el título de El Salvador de Altamira, teniendo en cuen- ta que podía hacerlo en fuerza de varias cédulas y después de exami- nar la conveniencia que resultaba así para Iguana como para otras poblaciones misionales que por allí pudieran efectuarse, mirando ade- más la gran distancia que había a Calabozo y San Sebastián de los Reyes, tanto más cuanto que Iguana tenía ya 506 habitantes y eran muchos los indios que deseaban poblarse en los alrededores. A tal objeto el P. Prudencio de Braga hizo su informe y, después de tener 6. Noticia, n. 111; Autos del P. Cádiz, ya citados. 7. Noticia, nn. 117, 118 y 169; relación del estado de la misión por el Pre- fecto P. Miguel de Cádiz, San Francisco de Cojedes, 17 octubre 1748 (AGI, Santo Domingo, 712); relación del Prefecto P. Pedro José de Villa- nueva, Caracas, 3 abril 1752 (AGI, Santo Domingo, 804). Este refiere lo sucedido con motivo de una traición tramada entre los caribes de este pueblo y los del Orinoco; como consecuencia los palenques se vengaron matando cerca de 200 caribes. 8. Ibid. MARIANO MARTI, Libro personal, ms., f. 422.
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