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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 103 los últimos años, tanto en pro como en contra, manifestó en otro me- morial lo que allí había tenido lugar, sobre todo en relación con la reducción de los naturales y pueblos fundados pero que no habían subsistido por la inconstancia de los mismos.' Y en otros diversos documentos que no bajan de 16, expuso llana y sencillamente las ne- cesidades y conveniencias de aquella misión, apuntando juntamente los remedios que él juzgaba oportunos. Puso de realce que, gracias a todo lo hecho, los españoles podían ahora andar cómodamente por los caminos de aquella provincia de Venezuela e ir libremente de una ciudad a otra sin miedo de asaltos, robos ni muertes. Tan buena im- presión dejaron las noticias por él dadas en el ánimo de todos, que la reina se creyó en el deber de expedir una cédula para expresar su reconocimiento por lo mucho que los Capuchinos habían trabajado y sufrido desde ci principio en la citada misión, dándoles las gracias por el celo con que se aplicaban a la enseñanza y educación de los indios.' Al presentar el P. Marcelino esos memoriales, hizo al propio tiempo numerosas peticiones que estimó precisas para el adelanto de la misión, las que van reflejadas en las cédulas que se expidieron en esta ocasión y que pasan de veintidós. Una de las primeras fue que se estableciese en el convento de Utrera un hospicio o seminario don- de se concentrasen los misioneros antes de embarcarse, para allí vivir tranquilos y aprender la lengua de los indios que iban a evangelizar.' El contenido de las restantes peticiones está recogido en las cé- dulas, y en resumen fueron las siguientes: Que cuantos ocupasen a los indios en algún trabajo, les pagasen luego en dinero y no en espe- cie: que los indios reducidos por los misioneros no comenzasen a tri- butar antes de los 20 años, los que comenzarían a contarse desde el día de su bautismo: también que los gobernadores y misioneros vigi- lasen atentamente el comportamiento de los corregidores con los indios: 7. Otro memorial del P. Marcelino (1701) (¡bid.). 8. Va fechada en Madrid por la reina gobernadora, 5 agosto 1702 (AGI, Indiferente general, 2877, Registro de cédulas, FF-12, f. 218). 9. Este memorial fue dado por el P. Marcelino el 19 de noviembre de 1701, El Consejo de Indias no resolvió nada concreto de momento. Sin embargo el pensamiento o idea fue recogida en las Ordenaciones que se dieron para los misioneros y misiones en 1705, según diremos. Justamente el P. Marce- lino se encontraba en Sevilla ese año y bien pudo influir notablemente con su experiencia en el ánimo del P. Comisario y Provincial Isidorc Francisco de Bruselas al redactar esas ordenaciones.

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