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94 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA ma, cuyos indios lo abandonaron en 1700. Y, por fin, el de San Diego de los Aceites, formado por indios güires, comenzado en 1697 o 1698 por el P. Luis de Orgiva, pero que también se extinguió en 1700. Como contrapartida se estableció, hacia mediados o fines de 1699, uno nuevo con el mismo nombre de San Diego en la ribera del río Cojedes. Su fundador fue el P. Pedro de Alcalá, quien ya tenía antes de finalizar el citado año reunidos y poblados allí numerosos indios gayones con sus casas e iglesias. De tal modo que, a propuesta del obispo y gobernador, se trató de que fuesen mudados al menciona- do sitio los habitantes del Cerrito de Santa Rosa, lo que, propuesto por el P. Alcalá a los propios habitantes en abril de 1700, fue recha- zado. No obstante el mencionado religioso consiguió en mayo de 1701 llevarse doce familias con el propósito de ir trasladando poco a poco los demás.43 5 . —Aquí termina esa lista de fundaciones de pueblos llevadas a cabo en diez años, cuyos nombres conocemos no con mucha segu- ridad y cuyas fechas exactas no podemos señalar, como tampoco las de los años en que se extinguieron, debido siempre a haberse fugado los pobladores de las mismas; lo que sí podemos anotar es que todas ellas fueron, en general, de poca duración. En cambio tenemos una villa, por nombre Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, establecida en la sabana de Araure y cercanías del pueblo de San Antonio de Araure, que no sólo subsistió sino que, al igual que la de San Carlos, prestó grandes y eficaces servicios a los misioneros. Su fundación fue gloria del P. Ildefonso de Zaragoza, quien dio todos los pasos necesarios para ello mientras ocupó el cargo 46. Ibid.; también lo dice así el P. Gabriel de Sanlúcar en una especie de manifiesto que firmaron los restantes misioneros el 30 de mayo de 1706, en el que se hace una breve historia de la misión y de las fundaciones efectua- das (Archivo de la Academia Nacional de la Historia, de Caracas, Ar. 2-G-3/10, Libro tercero de las cédulas reales expedidas a estas misiones, ff. 121-149). 47. Noticia, n. 43; cfr. también el expresado manifiesto del P. Gabriel de Sanlúcar, el memorial, igualmente citado, del P. Marcelino de San Vicente (1701) y el informe dado al obispo en 1713, arriba citado. 48. Memorial del P. Marcelino de San Vicente (1701) y Autos largos sobre el traslado de los indios gayones del Cerrito de Simta Rosa a las riberas- del río Cojede... (AGI, Santo Domingo, 695). Sobre estos indios y su traslado a otra parte se dieron posteriormente varias cédulas (cfr. PERERA, II, 192-95).