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82 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA Estos mismos religiosos llevaron consigo las enunciadas cédulas que fueron para los misioneros no un jarro de agua fría sino una au- téntica tempestad de verano. A los primeros del año 1690 había sido elegido una vez más Prefecto el P. Pedro de Berja. Tan pronto como llegaron las cédulas a sus manos, reunió a todos sus súbditos en San Francisco de Tirgua para leérselas y pedirles parecer. Después de cam- biar impresiones, decidieron enviar cuanto antes uno de los misioneros a Caracas, que no fue otro que el P. Ildefonso de Zaragoza, y dirigir un escrito al obispo y gobernador, en el que se deja entrever todo el dolor y amargura de sus corazones, diciendo, entre otras cosas, que el rey "ha sido servido de no darnos el crédito que materia tan grande necesitaba, según parece por las reales cédulas, pues muchas de ellas hablan de materias que no sólo no se han ejecutado pero ni pasado por el pensamiento". Y, después de exponer sumariamente lo que habían trabajado y hecho durante treinta años, en vista de que ahora se prohibían las entradas a los indios con escolta, único medio eficaz de hacer reducciones y de tenerlos sujetos, creían estar de sobra en aquellos Llanos y pedían se les diese permiso para volver a sus conven- tos de España.' 2.—Queremos resumir el contenido de las citadas cédulas. En una de 2 de septiembre, dirigida al Prefecto P. Pablo de Orihuela, se le ordena terminantemente que las entradas a la reducción de indios no se hiciesen con gente armada, advirtiéndole por otra parte que la reducción debía llevarse a cabo con blandura y por medio de la pala- bra evangélica, y además, que estaba quitado en la provincia de Vene- 8. Esta exposición está firmada en San Francisco de Tirgua, 15 agosto 1690, por todos los misioneros y va dirigida al obispo (Archivo Arquidiocesano de Caracas, Capuchinos). Otra igual, dirigida al gobernador, se encuentra en AGI, Santo Domingo, 222. Se dice en ella que las entradas los tres últi- mos años se habían hecho ya sin escolta. Los misioneros que entonces había y que firman ese documento son: PP. Pedro de Berja, Prefecto, Antonio de las Canarias, Francisco de Alcaraz, Diego de Marchena, Francisco de Fuente de Cantos, Gabriel de Sanlúcar, Arcángel de Albaida, Pablo de Orihuela, Juan de Utrera, Miguel de Luque, Ambrosio de Baza, Luis de Orgiva, Buenaventura de Vistabella, Salvador de Casabermeja, Antonio de 011e- ría, Fr. Mauro de Cintruénigo, Fr. Gregorio de Ibi y Fr. Matías de Pamplo- na. Faltan las firmas del P. Ildefonso de Zaragoza, que ya se encontraba en Caracas, y del P. Manuel de Alesón, que no fue convocado a la reunión, y del P. Ignacio de las Canarias, enfermo y baldado,

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