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76 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA signios. Fue ahora la predicación de dos sermones: uno por el P. Pablo de Orihuela en dicha ciudad, en la fiesta de San Juan Bautista de 1682, y el otro por el P. Ignacio de las Canarias en el Cerrito de Santa Rosa el 29 de junio del mismo año. Naturalmente el teniente de gober- nador Anieto levantó entonces su voz de protesta y su reclamación en contra de lo expuesto por los religiosos. No vamos a seguir las in- cidencias del hecho corno lo hace el historiador Petera.42 Sólo diremos que Anieto dirigió ese mismo año de 1682 una carta-exhorto al P. Prefecto de la misión, quejándose de los conceptos, a su parecer "escan- dalosos", vertidos en los sermones por los PP. Orihuela y Canarias. El asunto, después de varios trámites, llegó al Consejo de Indias. Exa- minado por éste, determinó en 1688 pedir al gobernador de Venezue- la informe sobre el particular. Así se le ordena por medio de una cédula, 31 de marzo de 1688, y el gobernador da su informe en contra de Anieto (Caracas, 4 enero 1689), diciendo obró imprudentemente y llevado del interés. Lo mismo hace el obispo (Caracas, 1 enero 1689), elogiando sobremanera el proceder de los Capuchinos .4 ' El resultado fue que el rey desaprobó el modo de actuar de Anieto, diciendo no había tenido razón para proceder contra los religiosos por la predica- ción de tales sermones.44 Ese buen crédito de los Capuchinos aumentó aún más cuando en 1687 se dieron misiones generales en los pueblos y ciudades de españoles de la diócesis de Caracas; en ellas tornaron parte aquellos, con gran fruto de las almas. Más que nadie se distinguió precisamente el P. Pablo de Orihuela, quien acompañó al visitador del obispado D. Juan Díaz de Vargas Machuca, incluso por los pueblos de indios tributarios, predicando misiones entre ellos.` No obstante lo indicado y los progresos experimentados en la misión de los Llanos, llegó ese mismo año de 1687 una cédula, del 20 de mayo de 1686, por la que se suprimía en la provincia de Venezuela 42. Cfr. A. PERERA, II, 51-59, donde se ocupa largo y tendido sobre seme- jante cuestión, dando a veces opiniones muy peregrinas. 43. Los autos al igual que las citadas cartas se encuentran en AGI, Santo Domin- go, 197 A. 44. Cfr. PERERA, II, 59-60. 45. Carta de D. Juan Díaz Vargas, Caracas, 7 octubre 1687 (AGI, Santo Domingo, 743).
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