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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN LOS LLANOS DE CARACAS 75 de indios por la falta de religiosos, y añade que en los años anteriores habían fallecido tres de los misioneros. Ciertamente que dos fueron el P. Agustín de Villabáñez, muerto en Caracas el 8 de septiembre de 1683, y el P. José de Nájera, de quien dice el P. Pablo de Orihuela: "Soy testigo ocular que murió de sentimiento por ver la perdición de tantas almas. Sus virtudes no caben en la ponderación; confeséle para morir, y, siendo general la confesión, apenas hallé materia en él para la absolución. . . Recibió todos los sacramentos y pasó de esta vida a la eterna el año de 1684 en su pueblo de Araure donde le dí sepultura" 40 Creemos que el otro fue seguramente el P. Miguel de Madrid, fallecido, según toda probabilidad, por septiembre de 1680, envene- nado por una india a la que iban a ahorcar y a la que él salvó la vida, pena que le dieron luego por ese delito cometido con el religioso.4 ' A sustituir a éstos vinieron los indicados arriba y otros más que llegarían al siguiente año 1689. Terminamos la narración de los sucesos de estos años con un pleito suscitado por los enemigos de las misiones y a su vez de los indios gayones. No pueden negarse en modo alguno los actos de ban- didaje, robos, crueldades y hasta muertes causadas por estos indios. Los Capuchinos habían trabajado lo posible para su pacificación y reducción. Lo consiguieron en parte poblándolos en el Cerrito de Santa Rosa, en Duaca y otros pueblos; pero los vecinos de Barquisimeto pu- sieron todos los medios para conseguir la total destrucción de los mis- mos y la ruina del pueblo de Santa Roa. Uno de esos enemigos ma- yores fue el teniente de gobernador de Barquisimeto José de Anieto, quien se valía de cualquier oportunidad para llevar adelante sus de- 40. Cfr. M. DE ANGUIANO, Misiones apostólicas..., en mi obra: Los prime- ros historiadores, 427. 41. Ibid., 426. El P. Anguiano pone la fecha de su muerte el año de 1689, lo que no nos parece exacto, como dijimos. En la revista Venezuela Misionera, 1962, pp. 147-8, se hace una corta biografía del P. Miguel de Madrid, y se describe una lápida colocada dicho año en el altar del Calvario de la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Duaca, y que dice así: "Despojos mortales del Venerable Padre Miguel de Madrid, Capuchino, quien fundó Duaca el 24 de junio de 1671 y murió envenenado por una india. ¡Duaqueño! No olvides que has sido engendrado a Cristo Jesús por un mártir. Venera, pues, a tu celestial protector".