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MISION DEL CARONI.—CAPITULO y 85 ad Nos mittas, Nostrumque responsum, antequ'am ad propriam Provin- clam revertaris, expectes. Asistat Tibi gratia S. Spiritus et Nostra Benedictio quam rveraman- ter Tibi impertimur.—Roma.e, e Curia nostra Generali, die 8 decem- bris, 1919. Fr. Venanlius a Lisl ¿n Rigault, Q. S." 2. En cumplimiento de esta obediencia el P. Félix se em- barcó en Barcelona el día 10 de febrero de 1920, acompañado de los siguientes Misioneros: PP. Carmelo de Arroyo, Secre- tario, Julián de Mondreganes, Inocencio de La Antigua, Epifa- nio de Soto, Bonifacio de Olea, con los Hermanos Eduardo de Cubillas y Victorino de Orones. Se detuvo algún tiempo en Puerto Rico y Cuba, donde dejó algunos de los Religiosos que le acompañaban, y llegó a Caracas a fines de abril del mismo año. Luego de llegar, comenzó a gestionar activamente el asun- to de las Misiones, celebrando varias conferencias con el Exrno. Sr. Internuncio y con el Ilmo. Sr. Arzobispo de Caracas; poco después se entrevistó con el Dr. Juan de Dios Mendoza, Direc- tor . del Ministerio del Interior, y con el General Aaadrade, Mi- nistro del Interior; también conferenció con el Ilmo. Sr. Obis- po de Guayana 'por pertenecer a su Diócesis el territorio que, según el Gobierno, se había de asignar a la Misión, teniendo reunión general con los anteriores y Mons. Navarro, y hablan- do en los días consecutivos ya con unos ya con otros de los que tenían que tomar parte en el proyecto, estimulándoles a que lo convirtieran pronto en hermosa realidad. No obstante la buena voluntad de todos, había diversidad de criterios en cuanto a la aplicación de la Ley y Reglamento 'de Misiones, en el establecimiento 'de bases que ofrecieran garan- tías de éxito en la obra que se iba a emprender, y en las atri- buciones que se habían de asignar al Vicario. El P. Félix sos- tuvo desde el principio que la Misión se habla de establecer desde las bocas del Orinoco en todo el territorio de las antiguas Misiones del Caroni, cediendo el Ilmo. Señor Obispo de Gua- yana las seis parroquias que allí entran para que sirvieran de base a las misiones. 3. A los pocos días de estar en Caracas, escribió al Rvmo. P. General la siguiente carta, dándole cuenta de sus impre- siones: