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MISION DEL CARONI.-.-CAPITULO IV 75 y publicado por el Prelado Arquidiocesano el 26 de septiembre del año siguiente: En el sitio que ocupaba el Convento, álzase hoy, en medio de un parque de avenidas de cemento, la estatua del Mariscal Juan Crisós- tomo Falcón, erigida allí por decreto del Presidente Guzmán, (le fecha 14 de octubre de 1880. El nuevo y majestuoso templo de Las Mercedes, constante de tres amplias y altas naves, se eleva en el área que ocupó la iglesia arrui- nada por el terremoto del año 12. Ante las tres puertas de la hermo- sa fachada, extiéndense pequeñas graderías, y todo el templo por los costados, Sur, que es su frente, y Este, está rodeado de tina reja de hierro. En gracioso nicho de flores está colocada la imagen de la Virgen de La Merced, hecha en Caracas. Los frailes capuchinos a cuyo cuidado está la iglesia, y numerosos devotos con que cuenta aquella Virgen han embellecido cada vez más el interior del templo, que se ve exornado con gran pompa y exquisito gusto en las periódicas solemni- dades que allí se celebran. Una de las más bellas y pintorescas fiestas que tienen lugar en este templo es la que hacen los segundos domingos de cada mes las numerosas "Hijas de Maria", que trajeadas de blanco siguen en proce- sión por el interior y frente del templo a la Reina de los Cielos, ele- vando hasta ella fervorosamente sus juveniles corazones. —Un cara- queño". 7.Por lo que hace a las Misiones entre infieles, trató el Superior Regular en 1895 de explorar el terreno, y con anuen- cia del Presidente, general Crespo, pasaron a Las Bonitas (Cau- ra), posesión del mismo general y antigua Misión de los Pa- dres Franciscanos, titulada San Juan Bautista de Bellavista, 1 P. Melchor de Escoriaz'a, con el Hermano Fr. Rafael de Ra- lbuñol, acompañándoles el sacerdote español D. José Mar- tín Aranaga. Luego que llegaron allá, con ayuda de los indios y empleados del general Ciespo, levantaron una capilla y pronto se dieron cuenta que vivían todos sin casarse (1). Habiendo ido a buscar al Presidente del Concejo de Ciudad Bolívar, éste cobró a razón de cuatro pesos por cada matri- monio, por lo cual solamente se pudieron hacer cuarenta, pues agotados completamente los recursos de los Padres, el Pre- sidente regresó a Ciudad Bolívar, sin querer hacer un solo (1) Hemos de advertir a los que no conocen las leyes de Vene- zuela, que está prohibido al sacerdote presenciar el matrimonio cató- lico sin antes haber precedido el civil.