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46 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA Si hasta ahora la comisión sólo ha traído a Venezuela 62 sacerdo- tes, algunos coristas y legos de recomendable conducta, 5 hábiles ar- tesanos y un número de ornamentos y alhajas superior al que se me encargó, no es esto su solo resultado: con fundamento espero que ven- drán de aquí a febrero lo menos 30 sacerdotes más, de los cuales he dejado admitidos como diez y seis o veinte: más tarde vendrá el mis- mo Padre Rmo. Fr. Fermín de Alcaraz con otros sacerdotes, si de par- te de su Santidad no hubiese obstáculo que le impidiese su separación de Roma, y el Gobierno reportará con la venida de este instruido y celoso Religioso grandes ventajas, bien destinándole, como es su de- seo, a la formación de un seminario para la educación e instrucción de los niños indígenas que vayan civilizándose, bien en otros destinos a que su capacidad y actividad le hacen apto. Su traslación a Vene- zuela puede -asegurarse será precursora (le varias familias de artesa- nos españoles sobre los cuales tiene grande ascendiente; y sin aspira- ciones a riquezas, la pequeñez de los sueldos de que el estado de nues- tras rentas permita disponer en recompensa de sus servicios, no les será impedimento para que los admita. Disimule V. S. si me he extendido demasiado en este informe, que suplico se sirva V. S. poner en conocimiento de S. E. el Presidente de la República. Dios guarde a Y. S..— José Manuel Alegría". Para la fecha en que el precedente documento fué pre- sentado al Gobierno Supremo, habian llegado ya a tierras ve- nezolanas 62 sacerdotes, esperándose otros treinta más. Que- damos, por lo tanto, en la incertidumbre de cuántos fueron a punto fijo los Misioneros que vinieron a Venezuela en los años 1842-43. 2. A primera vista parece exagerado el número de Sa- cerdotes pedidos por el gobierno; pero semejante extrañeza se desvanece al instante, considerando la escasez de clero que había en todas las diócesis de la República, señaladamente en la extensísima de Guayana, según lo declara el siguiente tes- timonio del propio Obispo, Mons. Talavera (1): "Desde 1832 hasta el presente, he llevado la carga del Vicariato Apostólico absolutamente solo, sin Provisor, sin Secretario, sin Con- sultor, sin Notario, haciéndolo todo por mí mismo en lo ministerial, gubernativo y judicial en un 'Obispado que encontré en el más grande (1) Arch. L. de G., citado por el Pbro. J. M. Guevara Carrera en "Apuntes para la historia de la Diócesis de Guayana", pág. 54. Cd. Bolívar, 1030.

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