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362 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA bes envueltas en una hoja, o bien de hojas arrolladas que llamaban ta- bacos: que los encendían Por una parte y por la otra chupaban el humo. Mas por entonces los descubridores de América, atentos sólo a buscar países 'abundantes de especería, perlas y metales, ni del nom- bre de la famosa planta se cuidaron, en términos que el primer cono- cimiento que se tuvo (le ella en España se debió a Hernando de Tole- do, el cual la encontró en tierra de Tabasco, cerca de Yucatán, en 1520. A Inglaterra la llevó Raleigh, y (le Portugal pasó a Francia en 1559, luégo a Italia y otros puntos. No es por cierto producción exclusiva (le América, pues se halla en el Asia, en Africa y en Europa. Con el tabaco hemos llegado a la última de las plantas que se cul- tivaban en Venezuela de un modo bastante general para producir un sobrante útil al comercio marítimo. Servían tan sólo para el consumo de los habitantes otras muchas; porque verdaderamente ningún país (le la América antes española ofrece mayor copia y variedad que aquél en las Producciones del reino vegetal. De este número es el plátano fecundo, sano y sabroso pan del pobre y del esclavo, que en igual terreno (la más cantidad de alimento que otra cualquiera sementera, y cuyo cultivo pide al hombre menos industria y trabajo que el de ningún otro vegetal alimenticio: "pre- sente el más bello (le cuantos "con mano larga ofreció naturaleza a la "gente feliz del Ecuador". "Sin duda alguna a la cultura del plá- "taon se debe el proverbio que tantas veces hemos oído repetir en los "paises situados entre los trópicos: nadie muere de necesidad en Amé- "rica; palabra consoladora que jamás he visto desmentida, porque en "la choza más pobre se concede hospitalidad y se da de comer al que "tiene hambre". El maíz, silvestre hoy en Brasil, y que Colón encontró cultivado en el continente cuando lo descubrió en 1493, es (le una labor igual- mente fácil que la del plátano, y tan útil como éste. Empleáronle siem- pre los indios para hacer pan y bebidas fermentadas, y desde muy temprano fué común a casi todas las gentes de Venezuela ci primero de estos usos. No menos preciosos son la yuca, cultivada en otros tiempos por los indígenas, y hoy mismo por ellos y por los otros habitantes: la papa, hallada silvestre en Chile, el más útil (le cuantos vegetales dio al antiguo mundo el nuevo: y otras muchas raíces, todas de fácil culti- vo, abundantes, sabrosas, que servían de pan al pobre y de verduras al rico, no bien hallado sino con el trigo. De este mismo se hacia co- secha en algunas comarcas tales como Mérida, Trujillo, Barquisimeto y los valles de Aragua; pero en Venezuela, donde hay otras cuyo pro- dueto es mayor y más seguro en los mercados extranjeros, la cultura de aquel cereal no hizo progreso alguno, quedándose reducida a muy POCOS lugares, en donde generalmente lo emplean. A estos cultivos de necesidad se puede añadir el del coco, que en

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