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358 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA hablando de la fertilidad de aquella región, dice (1): "Críase en estas tierras trigo, cebada, garbanzos, habas, cebollas, le- chugas, rábanos, perejil, berengenas, coles.... y toda clase de verduras; arroz, vinos y cuantas semillas trajeron los es- pañoles". Todos los animales conocidos en España, útiles al hom- bre, se aclimataron y crían en este país, y aun los extranjeros, como sucedió con las gallinas de Guinea, que trajo el Canóni- go de Cabo Verde, D. Diego Lorenzo, al mismo tiempo que el árbol de coco, multiplicándose ambas cosas de una manera prodigiosa, pues las gallinas llegaron hasta hacerse sil- vestres (2). 3. Una de las pocas industrias que encontraron establecida los primeros conquistadores en Tocuyo, fué la del algodón, del cual aprovechaban los indios lo que se criaba en las sel- vas sin cultivo alguno y hacían sus hamacas y guayucos. Los Misioneros, y aun los conquistadores enseñaron a los indios a hilar y tejer el algodón, tiñéndolo antes de diversos colores, con que daban cierta apariencia a sus tejidos. Cultivaban los indios en las Misiones el algodón, que necesitaban para sus necesidades, pues hasta el siglo XVII se exportaba muy POCO, a causa de que se producía en todas partes y no ser grande el gasto que se hacía en Europa de algodón, prefiriéndose los tejidos de lino y cáñamo. El cacao fué otra planta que encontraron los conquista- dores en América, y Venezuela fué el país cine con más éxito explotó la producción del cacao, debido a su buena calidad. En las expediciones que hicieron a las cabeceras del Orinoco y Alto Pádamo en los años 1770, 71 y 72, el sargento Antonio Santos, y después el capitán Antonio Barreto, encontraron muchísimos árboles de cacao de superior calidad, y para re- cogerlo, ayudados de los Misioneros Capuchinos del Alto Ori- noco, fundaron veinte pueblecitos de indios en la región del Parima y abrieron un camino para sacarlo a Nueva¡Guayana, evitando la vuelta del río Orinoo. Fué tan grande la pro- ducción de cacao en el promedio del siglo XVIII, que la Com- (1) P. Capa. T. y, pág. 49. (2) Idem, idem, pág. 17.

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