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32 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA Art. 2 habrá por ahora en él dos clases de empleados, a sa- ber: Misioneros y Comisarios (le Misiones, cuyas atribuciones se ex- presarán en los artículos siguientes. Art. 39 El centro de unión de todos estos funcionarios será el Misionero de Atabapo, por cuyo conducto se entenderá con ellos el Director General de Guayana, cuando la urgencia de algún negocio o algún otro motivo especial no requieran una comunicación directa. Art. 41 En cada una de las Misiones del distrito Río Negro ha- brá un Comisario nombrado por el J)irector General y desempeñará las funciones siguientes: 1' Auxiliar a los Misioneros en todo lo con- cerniente a la reducción y civilización de los indios. 2' Promover por si mismo su reducción cuando no haya Misioneros. Art. 10. Al Misionero (le Atabapo se le dará un compañero que le ayude al desempeño de sus funciones, entre las cuales debe con- tarse la de visitar las otras Misiones cuando lo crea conveniente o se le prevenga por el Director General. Dado en Caracas a 6 de noviembre de 1845.--Carlos Soubielte; el Ministro del Interior, Francisco Cobos Fuertes". 7. Cuando llegó esta laudable reforma, ya los Misioneros se habían retirado; sólo se quedó en Río Negro el P. Alcaine, cuyo celo e interés por los indígenas fué tan notorio, que me- reció la siguiente comunicación de la Secretaría del In- terior (1) "Caracas, 17 de Junio de 1847.—Resuelt-o. Dígase al Sr. Gobernador Director de indígenas de Guayana. He presentado al Despacho el oficio de TJS. de 7 de Mayo último número 26, en que transcribe ci pasado a esa Dirección por el Mi- sionero de Río -Negro (2), informándola del resultado de la visita que ha hecho a las Misiones del distrit, e indicando varias medidas para conseguir la reducción de sus indígenas. Con satisfacción ve el Gobierno el celo e interés que dicho Mi-. sionero manifiesta por la reducción del distrito de su cargo, com- probados con la visita que acaba de hacer; y S. E. está dispuesto a prestarle toda ayuda y protección en tan importante objeto. En consecuencia autoriza al Reverendo Misionero de Río Negro para que directamente invite hasta ocho (le los Misioneros que existen en la (1) Teatro del Dr. Castillo, t. II, pág. 198. (2) Aunque no lo nombra, sabemos que era el P. Fi'. Manuel de Alcaine, único que quedaba (le los llegados en 1842; pues Tavera Acosta, en su obra Río-Negro, pág. 226, segunda edición, Maracay, 1927, dice que en esa fecha sólo estaba en Río Negro el P. Fr. Ma- nuel de Alcaine, y por consiguiente a él se refiere el Sr. Acevedo.

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