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354 LOS FRANCISCANOS CAPUCHINOS EN VENEZUELA arriba inserta, pues, ejecutándose estas con la pureza e integridad a que estáis obligado y enviando sacerdotes de doctrina y ejemplo a (lar Misiones y predicar penitencia a los pueblos, se puede esperar de la Misericordia divina efectos favorables en beneficio de mis Dominios. En todas ocasiones cuidaréis de ir dando cuenta de lo que en ra- zón de esto obróredes, por el cuidado en que quedo de saber el fruto que resulta de esta diligencia, que espero pondréis en ejecución, pues tanto interesa al servicio de Dios y mío. --.Fecha en el Buen Retiro, a 27 de abril de 1679.—Yo, el Rey. —Por mandado de Su Majestad, José Bestia, secretario. Hay tres firmos". "Yo, Fr. Francisco (le Guadalajara, secretario del M. Rvdo. Padre Fr. Marcelino de San Vicente, Prefecto (le las Misiones Capuchinas de los llanos de Caracas, digo: "que dicho P. Prefecto me entregó el ori- ginal de esta Cédula Real, que copié a la letra, y en testimonio de ver- dad, firmo este documento, en Madrid, a 8 de junio de 1702". Esta Real Cédula parece que fuera dictada por algún Santo Padre de la Iglesia. En efecto, dice el Católico Motiar- ca que los pecados públicos son los que atraen grandes calamidades sobre los pueblos, y manda al Sr. Obispo de Ca- racas que trabaje con empeño para desterrar el vicio, que es el único medio seguro y eficaz para conjurar la peste, que procure la rectitud en la administración de justicia, sin acep- tación (le personas, amparando a los pobres contra la opre- sión de los ricos y poderosos. ¡Cómo cambia la suerte de los pueblos! Con aquellos Re- yes católicos, que celaban 'ante todo la gloria de Dios, extir- pando el vicio y las injusticias, España, nación pequeña y po- bre, llegó a la más colosal grandeza que conocieron los siglos; mas decreció su grandeza a medida que se fué perdiendo el entusiasmo religioso.

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